El 2020 se plantea en el presupuesto del Gobierno PP-Cs para Zaragoza como una apuesta por la regularización de los servicios, más dinero para inversiones en calles y aceras, y sobre todo no perder la tendencia creciente de aumentar el gasto en políticas sociales. Tal y como adelantó este miércoles EL PERIÓDICO, habrá 801.229.000 euros para gastar, un 6,4% más que el último proyecto aprobado, el del 2018 (el 2019 ha estado prorrogado al no ver la luz el que elaboró ZeC). Y el capítulo 2 de gasto corriente, el que se dedica a costear los servicios públicos, experimentará la mayor subida histórica en la ciudad, con 46 millones de euros más hasta alcanzar los 345,6 en total en el proyecto que se aprueba este viernes. Se trata de un crecimiento del 15,6% -hace dos años fue de 299,01 millones-, y el mayor incremento interanual registrado por la capital aragonesa en su historia reciente.

Lo mismo podría decirse del capítulo 4, el de los convenios y subvenciones. Este crecerá desde los 60,4 millones de hace dos años a los 71,4 del próximo, 11 más, y un 18,2% de aumento. La cuantía supone mejorar el incremento acumulado en el global de los últimos ocho años con Gobiernos de izquierdas, del PSOE -pasó de 47,3 del 2012 a 50,85 en el 2015- y de ZeC -lo aumentó hasta los 60,4-.

SOLO EL 7,5% SE DESTINARÁ A LA DEUDA

Pero Azcón parece dispuesto a contrarrestar todos los mantras que los grupos de izquierdas le han colgado en sus primeros meses de gestión del ayuntamiento junto a Cs. Su responsable de Hacienda, María Navarro, ha elaborado unas cuentas en las que el pago a los bancos se reduce a 60,8 millones de euros, repartidos en 18 para gastos financieros (capítulo 3, para los intereses de esos créditos aún vivos) y el resto, más de 42, para amortización de deuda. Además, los 37 millones que se preveían pedir al Fondo de Impulso Estatal (FIE) para abonar sentencias condenatorias, serán 5 menos de los que se estimaron hace solo dos meses. Se solicitarán 32 porque 5 ya se han pagado este año. El logro de esta cifra es que, por primera vez desde el 2008, el pago de la deuda representa solo el 7,5% del global, habitualmente por encima del 9%.

Así, con estas cifras, el resto de ese presupuesto de 801,22 millones de euros, dejaría menos de 60 para proyectos de inversión, un 7% inferior a los más de 69 del 2018 e inferior a los 74 que intentó ZeC aprobar para el 2019, y que no logró sacar adelante. Es, sin duda, su punto débil, pero será una apuesta a futuro para Azcón, que se plantea un 2020 que dedicará a repensar o eliminar muchos proyectos del pasado y a elaborar los que él y Cs llevan en mente.

Estas son, básicamente, las cartas de presentación con las que llegará el primer presupuesto de Azcón al salón de plenos. Un documento que, como ya adelantó este diario, aumentará también en 20 millones más el capítulo de Personal -de 235 millones a 255 en el 2020- y que, en la suma de solo tres apartados (personal, gasto corriente y subvenciones), aglutinan 672 de esos 801,22 millones del global para todo el año.

Y dentro ese incremento en el gasto en los servicios, casi 13 millones se los llevan los contratos más cuantiosos, como la limpieza viaria (2,6), la recogida de residuos (2,9), los parques (5,3) y el transporte público (800.000 euros). A ellos se dedicará casi el 30% de ese incremento global de 46 millones. Pero otra parte importante se la lleva el área de Acción Social y Familia, una de las que más crece cuantitativamente, en torno a un 7%, gracias en parte a que dos de los grandes contratos que gestiona, el de la ayuda a domicilio y la teleasistencia crecerán por encima del 10%, con 4,2 millones de euros más.

LA REFORMA DEL ALBERGUE, PARA EL 2021

El primero de ellos es el de mayor cuantía y aparecerá en las cuentas con 19.870.000 euros, solo 5.000 menos de los que introdujo ZeC en su proyecto de presupuestos del 2019 que no vio la luz. Con el contrato pendiente de adjudicar, el gasto crece porque el pliego mejora las condiciones. La mayor novedad, en este caso, se centrará en la teleasistencia, que ZeC llegó a consignar con 1,5 millones en aquel presupuesto y el del año próximo recoge ya una consignación de 2,3. Se trata de un incremento del 53% con respecto a esa estimación que, no hay que olvidar, recogía la apuesta política de hacer universal el acceso a una prestación que hoy en día no llega a todas las personas dependientes.

Con estas cifras sobre la mesa, otra buena noticia para el tercer sector será constatar que la ansiada revisión a conciencia que pedía Vox de todas las subvenciones y convenios se aplazará al 2021. Este año será de tránsito, en este sentido, no habrá recortes ni en la bolsa de ayudas que cada año se reparten entre las entidades que concurren con proyectos específicos. La cifra se mantendrá en los 1,9 millones de euros en Acción Social. Ni tampoco se prevé que se aminoren los convenios que habitualmente se vienen firmando. Sí crecerán, pese a Vox, las ayudas a la cooperación internacional, al pasar de dos millones a 2.050.000 euros en el 2020.

Mientras, las ayudas de urgencia se congelan, con 9,78 millones de consignación, e inversiones como la reforma del albergue, finalmente aparecerá en un plurianual, con un millón en el 2021 y una cifra ínfima en el 2020, solo para licitar las obras y contraatacar otro mantra.