POR

ADRIANA OLIVEROS

Las abejas zumban, los plataneros echan pelusa... Vamos que es primavera y la sangre y la alergia altera. Todo esto celebran estos días la Casa de Amparo de Zaragoza, que ayer inauguraron sus fiestas en un acto con algún invitado especial pero, sobre todo, con mucha ternura. Fue la concejal de Acción Social, Carmen Gállego, quien presidió (cumpliendo fiel a la cita) la lectura del pregón, realizada por el poeta Paco Barrao en presencia de la superiora, la hermana Cirila, y la jefa de sección municipal, María Angeles Crespo. Cerca, supervisando la acción, estaban la directora, Pilar Pastor, y el equipo de trabajadoras que organiza estas fiestas, formado por Pilar Catalán, Susana Aranda, Alicia Cascante, Mariví García y Cristina Marquesaña. "Haga alegría a raudales", ordenó el pregonero. Y asintieron Petri Lobera y Nieves Moreno, presidenta y vice de la junta de mayores del centro. Para cumplir el mandato, salió a escena Pingaliraina, con sus dulzainas y con Pepino y Mariano para levantar el ánimo de la afición, como hizo Corita Viamonte, en la hora torera, con su espectáculo de varietés . Fue sólo el inicio de diez días de lo más intenso, en los que habrá charlas, ofrendas de flores, excursiones, rondallas, películas y fábulas, a cargo de los Titiriteros de Binéfar. Y también actuación de José Antonio Labordeta, guitarra en mano, gala especial del Auditorio, con Pilar Torreblanca, Jesús Quílez y Miguel Angel Tapia y su piano. Los aficionados al fútbol disfrutarán con la visita de los miembros (cuáles todavía no se sabe) del Real Zaragoza. Y la semana que viene, también estarán en la Casa de Amparo los del CAI de Basket. Si lo hacen como equipo de Primera, mejor que mejor.