Empezar la casa por el tejado es algo a evitar en cualquier construcción, si bien el lamentable estado en el que se encontraba el palacio de los Condes de Morata, en Zaragoza, es ejemplo de ello. Ante esta situación, el Departamento de Justicia del Gobierno de Aragón ha comenzado esta semana las pruebas geotécnicas para saber cómo están los cimientos de este edificio que acoge la sede del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA).

Hasta la fecha, este inmueble del siglo XVI, que estuvo amenazado por la piqueta en 1941, ha visto como diferentes rehabilitaciones renovaban su cara. Un maquillaje perfecto fue el que en 1998 le dieron el Ayuntamiento de Zaragoza, la Tabacalera del entonces presidente César Alierta --ahora en Telefónica-- y el Ministerio de Justicia. Otro fue el que el arquitecto Regino Borobio en 1929 permitió recuperar un edificio que estaba muy afectado por el paso del tiempo. Sin embargo, lucir no es suficiente.

SIMAS DE OCHO METROS

Quedó patente en el 2003 y el 2005 cuando aparecieron simas que afectaron al edificio. Una de ellas, de ocho metros de profundidad, obligó a precintar la zona de vestuarios del personal de seguridad. El origen era una bajante de aguas residuales del edificio que no estaba conectada con los desagües generales. Uno más visible apareció en pleno patio que incluso amenazó en aquella ocasión la estabilidad de la columna central de un ala del edificio. Justo en esa zona una gran grúa que, aunque parezca que está buscando petróleo en el subsuelo, perfora para obtener los datos relativos al terreno, composición, estado y afecciones. Según el arquitecto encargado, Ángel García Sansigre, se busca "determinar los niveles de humedad, la capacidad portante del terreno y la composición. A raíz de esos estudios se verán los diferentes estratos y cómo ha evolucionado parte del edificio. Aparecerán estratos con acopios de materiales hasta llegar al sustrato terciario".

Unos trabajos que tienen un coste de unos 3.000 euros y que durarán dos semanas. Posteriormente, se analizará la red horizontal de saneamiento con un robot especializado y, próximamente, se realizarán otros estudios de carácter histórico-artístico y topográfico-métrico.

Todo ello pretende formar parte del Plan Director que está dibujando el Departamento que dirige Roberto Bermúdez de Castro. La directora general del área de Justicia, Tomasa Hernández, recalca que lo que se pretende es que "convivan los dos ámbitos: el institucional, que requiere un edificio de este empaque arquitectónico y, por otro lado, hacerlo funcional, de manera que los espacios judiciales sean adecuados a los tiempos del siglo XXI".

"Se empezó por la Audiencia Provincial, después fue la Ciudad de Justicia de Zaragoza, el Palacio de Justicia de Huesca y, ahora, empezaremos con el Palacio de Justicia de Teruel y con el TSJA", apostilla Hernández.

Y es que este edificio no solo es una joya artística --fue declarado monumento nacional en 1931-- sino que también es el lugar de trabajo de 95 profesionales de justicia que merecen la seguridad que da pisar fuerte sobre tierra.