Jaca registró una de las mayores afluencias de público a la celebración del Primer Viernes de Mayo al coincidir con un puente festivo nacional, lo que favoreció la llegada de visitantes.

La jornada incluyó momentos emblemáticos, como el canto del himno o la entrada triunfal del conde Aznar, junto a otros actos, como el redoble de los tambores, que, desde primera hora, comenzaron la conmemoración del 1.254 aniversario de la Batalla de Victoria, convertida en Romería.

El saludo a las autoridades en la casa consistorial, por parte de las escuadras participantes, sirvió de preludio a uno de los desfiles más numerosos de los últimos años y peregrinación a la ermita de Nuestra Señora de la Victoria. El Síndico, la mayor autoridad de la ciudad, representado este año por el concejal del PAR, José María Abarca, portaba la bandera de la ciudad.

Los actos religiosos dieron lugar a la celebración del tradicional almuerzo y, posteriormente, los participantes regresaron a Jaca, con la entrada triunfal del conde Aznar y su séquito hasta la catedral, donde se cantó la salve y el saludo de las banderas. canto de la salve y el saludo de las banderas.

EL HIMNO Uno de los momentos más emotivos de la jornada volvió a ser el canto del himno, con la participación de la banda de música. Entonces, las emociones afloraron entre los presentes, alguno de los cuales se empeñaba en enseñar la letra a allegados que no la conocían

Ya por la tarde, la apertura del mercado medieval llevó la fiesta a las calles de Jaca. Además, la comitiva del VIII Ajedrez Medieval realizó el reto de la partida en vivo frente a la puerta del ayuntamiento y, posteriormente, los participantes se dirigieron a la plaza Biscós, donde tuvo lugar la partida, en un acto organizado por la Hermandad del Primer Viernes de Mayo en colaboración con el grupo de ajedrez Avebnor.

Precisamente, la hermandad realizó un homenaje a su presidente, José Luis Castán, recientemente fallecido. Una descarga en la puerta de su casa le recordó, así como otras realizadas en la plaza, donde se homenajeó a todos los fallecidos. La verbena en la plaza Biscós puso el broche de oro a una jornada marcada por la gran expectación.