La escolarización temprana continúa creciendo en Aragón. Desde que se puso en marcha, en el curso 2016-17, esta iniciativa basada en la habilitación en los colegios de aulas destinadas a niños de 2 años que tienen garantizada plaza en ese mismo centro en 1º de Infantil, la oferta y la demanda no han dejado de aumentar. De cara al curso 2020-21, las solicitudes de escolarización en estas clases ascienden a 722 (645 en Zaragoza, 58 en Huesca y 19 en Teruel), lo que supone 200 más que las 522 plazas ofertadas.

Nunca antes se habían recibido tantas instancias, aunque también la oferta es la más elevada en los cuatro años desde que se implantó la medida. Así, para el curso actual se recogieron 603 solicitudes para 396 plazas, mientras que las peticiones para el curso 2018-19 fueron 438 (258 puestos disponibles). También el primer año hubo más demanda (77) que oferta (54).

En esta ocasión, los colegios que cuentan con esta alternativa ascienden a 29. 17 de ellos se encuentran en Zaragoza capital, 4 en la provincia, dos más en Teruel y seis en Huesca. La ratio en estos centros está fijada en 18 alumnos y, salvo en once colegios, que pueden asumir todas las solicitudes presentadas, en el resto las peticiones superan el número de plazas ofertadas.

Hasta ahora, los criterios establecidos para asignar las plazas era los mismos utilizados para adjudicar el acceso a las escuelas infantiles, valorando aspectos como el trabajo en activo de los padres, o la renta familiar, entre otras variables. Para este curso, sin embargo, se equipararon los criterios con los indicados para 1º de Infantil, es decir, la máxima valoración (8 puntos) se obtiene si el niño tiene algún hermano escolarizado en ese centro elegido, mientras que la proximidad con el domicilio obtiene 7 puntos.

Las causas del éxito parecen relacionadas con el hecho de que esas plazas adjudicadas para aulas de 2 años se respetan después para la escolarización en el segundo ciclo de Educación Infantil en el mismo colegios, lo que ayuda a asegurar la continuidad del alumnado, sobre todo, en centros que han perdido volumen de matrículas en los últimos años. Pero, además, su carácter gratuito juega un papel determinante. De ahí que la actual crisis sanitaria haya supuesto un motivo más para que las familias apuesten por este recurso.

La ratio máxima de las aulas es de 18 alumnos, «lo que beneficia la atención individualizada, y se elabora un plan de acción tutorial específico para el aula», exponen desde la DGA, que recuerda que esta oferta viene a reforzar la existente ya en el ciclo 0-3 años en las once guarderías del Gobierno de Aragón y en las Escuelas Infantiles Municipales. La atención directa a estos alumnos, que también pueden hacer uso del comedor, se lleva a cabo por un docente adicional de Educación Infantil y por un Técnico de Infantil.

La escolarización temprana cuenta con el respaldo de las familias, que valoran positivamente este proyecto, ya arraigado en Aragón. «El incremento en la demanda puede estar relacionado con la consolidación de esta oferta, que cada año es más conocida y cobra valor para las familias que ven en ella una escolarización temprana y gratuita», subrayan desde la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (Fapar). El colectivo valora el «acierto» de una medida, que «da salida a una demanda de las familias y está contribuyendo a fijar población escolar en centros públicos que por distintas razones la habían visto mermada», aunque también admite que «al ser gratuitas y ante la situación de crisis económica hay familias que han optado por estas aulas».

Sin embargo, el buen momento de esta opción contrasta con la agonía de las escuelas infantiles privadas, ahogadas por una crisis sanitaria que amenaza con cerrar muchas de ellas. El Gobierno permite su apertura, pero advierte que las volverá a cerrar al primer caso de contagio detectado. Los centros, que denuncian la proliferación de negocios que no cumplen la normativa y constituyen una competencia ilegal. H