La compañía Renfe interrumpió desde primera hora de ayer el tráfico ferroviario de la línea Zaragoza-Caspe-Barcelona a la altura de Quinto por la inestabilidad del terreno en la intercesión de su trazado con la carretera N-221, que ya tuvo que ser cortada el pasado lunes por el corrimiento de tierras originado, al parecer, por las aguas del Ebro.

La situación en el tramo afectado entre Quinto y Gelsa, de aproximadamente 200 metros, empeoró durante el día de ayer y en algunas zonas el nivel de la calzada descendió de forma pronunciada, con el consiguiente ensanchamiento de algunas grietas que han puesto en peligro las pilonas del paso elevado sobre la línea de tren.

El deslizamiento ha afectado también al trazado ferroviario, de modo que los operarios de Renfe trabajaron durante el día de ayer en coordinación con los de carreteras para intentar reponer cuanto antes el servicio, algo que en ningún caso se conseguirá antes del mediodía de hoy, aunque todo parece indicar que podría prolongarse más días.

Según indicaron fuentes de la compañía, el corte afecta a tres trenes regionales de viajeros, para lo que se ha dispuesto un trasbordo por carretera entre Quinto y la Puebla de Híjar, mientras que los convoyes de mercancías se desvían por la línea de Lérida.

POR CARRETERA En cuanto a los daños producidos en el trazado de la N-221, el propio director general de Carreteras del Gobierno aragonés, Gonzalo López, reconoció que "la situación se ha complicado y a partir de ahora hay que pensar también en trabajar con unas condiciones de seguridad absoluta".

A lo largo del día de ayer se comunicó a la Confederación Hidrográfica del Ebro la intención de iniciar los trabajos de reposición por parte de la Dirección General de Carreteras y quedó ultimada la documentación para iniciar la obra por vía de emergencia.

Gonzalo López ha convocado para hoy en la zona del incidente a personal de la dirección de obra, contratista y técnicos en geotecnia, además de personal de Renfe para perfilar el plan de trabajo después de su empeoramiento.

Por otra parte, está operativo, como paso alternativo para vehículos ligeros, un camino agrícola que lleva de Gelsa a Pina. Los vehículos pesados tienen que circular a través del puente de Pina o por la N-232 para cruzarse por Azaila hasta alcanzar Escatrón y La Zaida. Los más de 2.000 vehículos que diariamente utilizaban la A-221 tendrán que hacer uso al menos durante varios días de las diversas vías alternativas que se han habilitado.