Endesa ha superado uno de los trámites necesarios para poder ejecutar, a partir del 30 de junio del 2020, el desmantelamiento de la térmica de Andorra, cuyo cierre fue solicitado por la compañía hace casi un año. El Ministerio de Transición Ecológica ha dado el visto bueno al informe de impacto ambiental del proyecto de cierre de la térmica, que produce energía eléctrica a partir del carbón.

El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó ayer la resolución de la Dirección General de Biodiversidad y Calidad Ambiental en la que se resuelve que no es necesario el sometimiento de esta actuación al procedimiento de evaluación ambiental ordinaria, ya que «no se prevén efectos adversos significativos sobre el medio ambiente».

Fuentes del ministerio que dirige Teresa Ribera precisaron que esta resolución no supone la autorización definitiva del desmantelamiento de la instalación, sino que se trata de un trámite ordinario más dentro del expediente del cierre de la central energética que sigue su curso. Este dictamen ministerial, emitido el pasado 27 de septiembre, valida el documento ambiental presentado por la compañía para poder desmantelar esta gran instalación energética, aunque recoge una serie de medidas y condiciones necesarias para ejecutar el proyecto.

Endesa solicitó el pasado 8 de enero el inicio de la evaluación de impacto ambiental simplificada del proyecto, que conlleva el apagón de los tres grupos de generación de la central, con una capacidad de 1.101,4 MW.

El documento ambiental indica que, a la fecha de su redacción, el promotor todavía no ha decidido a qué destinará los terrenos. En el proyecto de desmantelamiento no se incluye la toma de gas natural que conecta con el gasoducto Tarragona-Zaragoza, el ramal del ferrocarril para el suministro de carbón de importación desde el puerto de Tarragona o la conducción de agua desde el embalse de Calanda.