La presidenta del Gobierno, Luisa Fernanda Rudi, se prodiga tan poco ante los focos que cuando habla sus palabras cobran especial relevancia. Aún no se había pronunciado sobre las comisiones de investigación que se van a crear en las Cortes: una de Plaza y otra de la CAI. Lo hizo ayer, coincidiendo con el primer acto de precampaña electoral para las europeas, al que asistió el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Precisamente porque sus apariciones son contadas cuando lo hace es rotunda en sus mensajes. "Nadie del Partido Popular está imputado o inmerso en caso alguno de corrupción", dijo. Su formación, subrayó, "no tiene nada que ocultar ni en comisión de investigación parlamentaria alguna ni en los juzgados".

Rudi quería acallar las críticas que han arreciado en los últimos días desde las filas socialistas. Su secretario general, Javier Lambán, ha culpado al PP de querer ocultar cuestiones de la gestión realizada en la CAI, al bloquear en el Parlamento la comisión de investigación. Ayer la presidenta atajó cualquier duda. Y de pasó mandó un recado al PSOE: "No nos pueden acusar de oscurantismos los que más tienen que callar", dijo la lideresa. El PP no tiene a nadie que sacar de sus filas, pero "si tuviéramos que sacarlo, lo sacaríamos porque este proyecto nos trasciende a todos".

EJEMPLAR Y TRANSPARENTE Rodeada de más de 600 personas, en el hotel zaragozano de las grandes ocasiones --el Reina Petronila--, la presidenta volvió a mostrarse intolerante con la corrupción. Es consciente de que el desfile de políticos aragoneses por los juzgados, con un consejero suyo --Francisco Bono-- no ayuda a la proyección de la imagen de Aragón. De ahí que insistiese en la necesidad de que los representantes públicos tengan un comportamiento "ejemplar y transparente". Una receta para que los ciudadanos vuelvan a confiar en la política, los partidos y en los "proyectos serios".

"Tampoco ayudan --admitió-- comportamientos poco ejemplares", como el del extesorero del PP Luis Bárcenas. Pero Rudi lo achacó casi a un hecho probabilístico. "No estábamos acostumbrados a que este tipo de hechos afectasen a nuestro partido. Pero esta vez nos ha tocado y ya se ha sacado y expulsado", subrayó. Muerto el perro se acabó la rabia vino a decir, aunque el daño a la imagen y la credibilidad de los populares ahí está, lo que alimenta, dijo, el "rechazo a la política convencional" y alimenta los "populismos".

Claro que no todo fue corrupción, Plaza, CAI y transparencia. El acto tenía sabor electoral y también tocaba sacar pecho después de dos años y medio "intensos", debido a la "peor crisis" de los últimos decenios. En Aragón se ha hecho, dijo, el mayor ajuste de gasto público de la etapa autonómica. "Imprescindible", según la presidenta, para "cambiar el rumbo". Algo que ya se está consiguiendo. Rudi se abrazó una vez más a la idea de que el final de la recesión ya ha llegado. Eso sí, las familias que "lo están pasando mal" aún no lo han notado. Todo llegará, vino a decir, aunque sea "lentamente". La comunidad tiene aún 109.000 parados. Adelantó la popular que los datos de marzo serán mejores, y que en el 2015, año electoral, serán todavía más alentadores.

Contrapuso este modelo que ya está dando resultados --según el PP-- con el de la anterior etapa socialista. Volvió la herencia recibida, y con ella las facturas que el PSOE dejó en los cajones. Esos 180 millones que el PP ha tenido que pagar al tiempo que mantenía, aseguró Rudi, los servicios sociales y se reactivaba la economía. Algo que ha permitido conservar "a flote el barco".