El mercado inmobiliario aragonés contiene la respiración ante lo que está por venir como consecuencia de la crisis económica originada por el coronavirus. Los empresarios y expertos del sector están expectantes ante la evolución de los acontecimientos y no se atreven a medir todavía el grado de afección que podría depararles. Eso sí, consideran que la situación de partida es mucho mejor ahora que cuando se produjo el cataclismo del ladrillo del 2008. Ahora bien, una de las primeras consecuencias de este nuevo ciclo recesivo puede ser que vuelva a paralizarse el desarrollo de viviendas en Arcosur, en Zaragoza capital.

«El desarrollo masivo de este barrio ya preveíamos que iba a ir con lentitud, pero ahora se abre un paréntesis claramente», auguró Fernando Baena, presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (COAPI) de Aragón, durante la presentación este miércoles en un webinar del informe inmobiliario del primer trimestre del año que elabora Gamerin, un grupo de análisis de la Universidad de Zaragoza. «Un plan tan ambiciosos va a tener limitaciones», aseguró, aunque «no peligran» las promociones en marcha y ve «más salida» a las que están situadas cerca de Valdespartera o Rosales del Canal.

Sobre el futuro el sector, apuntó que «viene un camino difícil» porque el mundo inmobiliario es «sensible» a la caída de la actividad económica, pero consideró prematuro poder medir este impacto negativo y los efectos sobre los precios y la demanda.

Así lo cree también Luis Fabra, director del estudio, que consideró que será clave la evolución del empleo -es decir, si los ERTE acaban desembocando en despidos masivos- y la duración de este «efecto coyuntural». «El factor tiempo es clave», subrayó.

PRECIOS ESTABLES, DE MOMENTO

En la mismo línea se expresó Fernando Montón, director general de Plaza 14, que afirmó que «hoy por hoy» no prevé una caída de precios en obra nueva, que «difícilmente pueden bajar por el incremento de los costes de construcción». También ha destacado que en el caso de su empresa no se ha cancelado ningún contrato de compraventa de vivienda a raíz de la crisis sanitaria y solo el 1% ha solicitado una flexibilidad en el pago de cuotas.

En el primer trimestre, el número de compraventas registrado en Aragón han sido 3.364, con un ligero descenso del 0.06% con respecto al trimestre precedente y del 2,63% con respecto al mismo trimestre del 2019. Este descenso trimestral ha sido especialmente intenso en vivienda nueva (-5,35%), dando lugar a un ligero crecimiento en vivienda usada (1,60%). Durante los últimos doce meses se han registrado 13.289 compraventas, ligeramente por debajo de las registradas en los doce meses precedentes (-2,12%), manteniendo cuantías próximas a máximos de los últimos diez años. De este modo, nos hemos situado en el último año en 10,06 compraventas por cada mil habitantes.

El precio de la vivienda ha seguido creciendo durante el último trimestre del año en Aragón (2,47%), manteniendo una notable intensidad y fortaleza. La tasa interanual se ha situado en el 8,69%. En vivienda usada el crecimiento trimestral ha sido del 1,91% y el interanual del 8,75%, mientras que la nueva presenta un incremento trimestral del 3,01% e interanual del 5,14%. En las capitales de provincia la intensidad del crecimiento ha sido mayor, registrando niveles interanuales superiores al 10%.