El Ayuntamiento de Zaragoza ha decidido limitar para el próximo año el número de empresas de patinetes eléctricos que operan en la ciudad; la libertad que ofrecían para aparcarlos en cualquier lugar y su velocidad, que no podrá rebasar los 25 kilómetros por hora. Después de la llegada de hasta cuatro compañías, está previsto que este mes se inicie un concurso público para adjudicar dos licencias de alquiler de ejemplares en la vía pública con el objetivo de regular la movilidad compartida garantizando el derecho de los usuarios pero también de los peatones.

Aunque se desconoce cuándo estará resuelto el concurso, las dos futuras empresas de alquiler de patinetes podrán ofrecer 850 patinetes cada una y que, si la demanda lo exige, podrían aumentarlos hasta los 1.700 por compañía.

Este número está directamente relacionado con una de las condiciones: que lleguen a todos los barrios de la ciudad. Para que esto se cumpla, de los 850 unidades, la ubicación de 500 la decidirá el consistorio, de modo que la empresa solo podrá decidir dónde sitúa 350.

El contrato será de dos años con posibilidad de otro de prórroga. La opción de cobrar una tasa por el uso de la vía pública ha sido descartada, pero las empresas tendrán que pagar un canon de hasta 30.000 euros que se destinará a actividades de seguridad vial y el fomento de la movilidad sostenible.

ESPACIO PÚBLICO / El concejal de Servicios Públicos, Alberto Cubero, admitió que la movilidad compartida «es un fenómeno con un gran potencial pero que debe ser regulado». Después de testear la acogida de los zaragozanos del servicio durante los tres últimos meses, explicó que ha llegado la hora de ponerle coto para evitar que haya una «excesiva ocupación de la vía pública».

La concejala de Movilidad, Teresa Artigas, informó de que se crearán zonas de aparcamiento de vehículos de movilidad compartida y que se multará a aquellos que decidan abandonar su patinete o bici por la calle. Explicó que con esto se quiere evitar que se sigan estacionando en mitad de las aceras o apoyados en las fachadas, dando respuesta así a una queja generalizada de la ciudadanía y, sobre todo, del colectivo de invidentes, que ha denunciado en más de una ocasión que los biciclos se han convertido en una barreras más que esquivar. Las primeras zonas de aparcamiento, que serán como las de motos, se crearán en el Casco Histórico al ser el distrito en el que se acumula el mayor número de patinetes y bicis. También se podrán utilizar los aparcabicis que ya hay por los barrios.

Se ubicarán en las calzadas, en puntos donde ahora hay aparcamientos de coches y será obligatorio utilizarlos. Poco a poco se irá ampliando la resto de barrios.

Los pliegos también contemplan cláusulas sociales, ambientales y laborales. Así, las empresas que presten el servicio no podrá subcontratar la recarga de los patinetes de manera que se evitarán que prolifere la figura del recargador que cobra (y muy poco) por patinete cargado en su casa y, además, tendrá que ofrecer un teléfono gratuito de atención al usuario.

Por otro lado, y a la espera de que se redacte la nueva ordenanza de Regulación de los Vehículos de Movilidad Personal (o lo que es lo mismo, de movilidad compartida), se limitará a 25 kilómetros hora la velocidad de los patinetes.

En paralelo, la Dirección General de Tráfico (DGT) está elaborando una normativa que regule su uso, desde que solo pueda ir una persona montada hasta su velocidad.