En el 2015 varios partidos decidieron renunciar a sus siglas para concurrir a las elecciones municipales bajo el paraguas de Zaragoza en Común (ZeC). Entre ellos, empiezan a sonar voces discordantes con su funcionamiento como partido. Y surgen en un clima de tensión política y crisis abierta en el consistorio tras el golpe de mano dado en febrero en las sociedades municipales. Ahora esa crispación política empieza a derivar en críticas desde dentro.

Como la de Demos+, uno de los integrantes de esta amalgama municipalista, que reclama que el partido sea «un espacio de todos y para todos, no el hogar de algunas personas, que por ocupar puestos de importancia, hacen de su capa un sayo». Y ve «insuficiente la defensa» hecha del alcalde y los ediles tras su reprobación.

Así lo pone de manifiesto en un escrito al plenario de ZeC en el que, además, propone «buscar lo antes posible una fecha para manifestarnos todos los simpatizantes de ZeC por las calles de Zaragoza porque creemos que el premio por hacer las cosas correctamente no es la reprobación». «La oposición tiene que entender que ZeC se creó para quedarse y un buen ejemplo entendemos que sería mostrarle unión», añade su presidente, José Daniel Madrona, en un escrito al plenario.

Más críticas son otras voces, que apuntan directamente a decisiones concretas que consideran injustificadas y que tendrán «consecuencias». Se refería a la elección de un concejal del PP para presidir el nuevo Distrito Sur por motivos no políticos, sino personales. Ya que, según asegura en otro escrito Javier Cabeza al plenario, será «merced a un acuerdo cuyo objetivo era mejorar la condición laboral de un asesor de una concejala de ZeC».

De manera que se ha pactado «un acuerdo económico singular» que «ha prevalecido al esfuerzo» de quienes han trabajado «con ilusión» por este nuevo distrito.