A Jesús Antonio M. S., un presunto delincuente zaragozano de 44 años, le resultará difícil presumir de sus habilidades a partir de ahora. En la madrugada de ayer ofreció toda una lección de torpeza en el uso de su profesión de ladrón y hubo que recurrir a la víctima para liberarle de una situación complicada. El incidente ocurrió a las tres de la madrugada en la calle del General Sueiro, cuando la dotación de una patrulla de la Policía Local sorprendió al delincuente mientras intentaba forzar la ventanilla de un vehículo estacionado.

El sospechoso no se dejó sorprender por los agentes por su falta de rapidez en desvalijar el interior del vehículo. La situación era más complicada, porque Jesús Antonio se había quedado atrapado.

El delincuente bajó la ventanilla de la puerta lo suficiente para introducir su brazo, con la intención de abrir el coche por dentro, pero ni consiguió este objetivo ni pudo sacar la mano, que quedó bloqueada y en una posición bastante difícil.

Al parecer, los agentes tampoco pudieron ayudarle a librarse del cepo por temor a que se produjera alguna lesión que pudiera derivar en reclamaciones posteriores. De esta manera, fue necesario localizar al propietario del vehículo, quien, sorprendido por la cómica situación, ayudó a liberar al delincuente. Pese a la diversión, informó a los agentes que formularía una denuncia contra el sospechoso.

Incidentes como el registrado en General Sueiro son fiel reflejo de la poca diligencia en ciertos medios delictivos de la ciudad, para vergüenza de los auténticos profesionales de lo ajeno. Jesús Antonio, que ya es una persona granadita para aprender, hará bien en dedicarse a otra actividad menos peligrosa que la de ladrón, porque ha dado muestras de que no tiene mucho futuro en el ejercicio de vivir de la propiedad ajena.