Los trastornos de la conducta entre adolescentes y jóvenes van en aumento y derivan, en la edad adulta, en trastornos de la personalidad, debido en parte a la falta de referentes o de límites en una sociedad cada vez más permisiva. Así lo advirtió ayer Vicente Rubio, jefe del Servicio de Psiquiatría del hospital Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza, durante la presentación del V Congreso nacional sobre Trastornos de la Personalidad, que se celebrará en el Auditorio desde mañana al sábado, con 700 asistentes y 80 ponentes, la mitad de ellos internacionales.

Rubio, que a su vez es el presidente del comité organizador de dicho congreso, reconoció el aumento en las consultas de los trastornos de conducta en adolescentes, con problemas de convivencia familiar o de violencia social. "En la adolescencia hay que hablar de alteración de la conducta y no de la personalidad, que no está bien formada. Pero en muchos casos los problemas de conducta se deben a cuestiones de mala educación y de falta de disciplina o de valores claros en casa", lamentó.

En esta línea, comentó que los adolescentes poseen unos modelos de referencia "que salen en la televisión, pero son auténticos trastornos de la personalidad, que pegan y son putones verbeneros".

A este respecto, Antonio Pérez Urdániz, especialista del mismo hospital y presidente de la Sociedad Española para el estudio de los Trastornos de la Personalidad, señaló que en menos de 30 años se ha pasado de una sociedad hiperrepresiva a otra hiperpermisiva. "Los cambios de roles, la globalización económica, la permisividad, la velocidad de nuestro sistema, el estrés, la sobrecarga, nos está dejando a todos como conmocionados".

Urdániz aconsejó velar por la propia salud mental, mediante un conocimiento más profundo de uno mismo, de sus limitaciones y capacidades. "De igual modo que procuramos una higiene física debemos mantener unos valores, una cierta estabilidad emocional, unas referencias para soportar esta vorágine", indicó. Sin embargo, tanto Rubio como Urdániz reconocieron desconocer en qué momento la sociedad puede recuperar un cierto equilibrio emocional ante tanto cambio.

"Es difícil, porque están cambiando hasta los ciclos vitales. Ahora la juventud llega hasta los 30 años, cuando lo normal es que mucho antes un joven salga de casa, se busque la vida, forme familia y se reproduzca". En este sentido, presuponen que el actual ciclo caracterizado por el culto al dinero y a la fama acabará explotando por algún sitio.

Las estadísticas actuales indican que aproximadamente el 12% de la población de Occidente padece problemas de salud mental, de los que entre un 4 y un 5% corresponden a trastornos de la personalidad. No obstante, existen discrepancias entre los especialistas sobre el peso que adquieren los factores genéticos y educacionales. "No existe un consenso. Se han identificado cromosomas que pueden determinar la violencia o la impulsividad. En un 60% se puede decir que son casos biológicos, pero el ambiente familiar es fundamental", añadió Rubio.