Los turolenses eligieron el autobús urbano para acercarse hasta el cementerio, que transportaba a pasajeros cada hora. Aunque estaba previsto que acudieran cerca de 20.000 personas en el día de ayer, los días del fin de semana fueron los más concurridos y produjeron un bajón en la afluencia del camposanto. Dos policías locales regularon el tráfico de la zona, donde se habilitó un espacio en el exterior del camposanto para el aparcamiento, ya que también fueron muchos los que acudieron en coches particulares.