A Josemari M., el vecino de Cosuenda al que la Guardia Civil detuvo por atracar , suma un nuevo delito:robo en viviendas. La entrada y registro que practicaron los agentes durante la investigación del asalto a la sucursal perteneciente a la Caja Rural de Aragón así lo ha revelado.

Este hombre sabía qué viviendas estaban deshabitadas y se podía entrar en ellas impunemente al ser vecino de esa localidad, según recalca la Comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza.

El pasado 1 de octubre, el puesto del instituto armado en Cariñena recibió una denuncia por la sustracción de enseres y herramientas valoradas en 12.000 euros, un hecho ocurrido en una segunda residencia de la localidad de Cosuenda a la que sus dueños no iban desde hacía un año.

De la investigación de este hecho se hizo cargo el Equipo de Policía Judicial de La Almunia de Doña Godina, dando inicio a la operación. De las gestiones realizadas se pudo determinar que el autor de los hechos podía ser alguien que conocía muy bien Cosuenda e incluso residir en el pueblo, lo que le facilitaría la vigilancia de viviendas deshabitadas y segundas residencias, al tiempo que le permitía pasar inadvertido entre la población.

Pero el caso dio un vuelco después de la difusión de la detención de Josemari M. por un delito de robo con violencia e intimidación, ocurrido en una sucursal bancaria de Cosuenda en noviembre. El propietario de la vivienda objeto del robo en octubre comunicó a la Benemérita que había reconocido enseres de su propiedad en uno de los inmuebles registrados en su día. Ante estos hechos los especialistas de Policía Judicial de la Guardia Civil de La Almunia realizaron dos registros domiciliarios el día 18 de febrero en Cosuenda en los que se logró la recuperación de numerosas herramientas, equipos de sonido y diferentes enseres domésticos procedentes del referido robo.

Un nuevo delito que este hombre recibió en el centro penitenciario de Zuera, donde ingresó provisionalmente por decisión judicial. Los dos menores que le acompañaron en su asalto quedaron en libertad provisional, aunque al cargo de sus padres.

El asalto se produjo el 17 de noviembre del año pasado a las 13.30 horas, si bien lo habían intentado seis días antes. Aquella jornada acudió a un instituto público de una localidad cercana, donde le estaban esperando los dos menores de edad. Los recogió y los trasladó hasta un almacén del municipio perteneciente a la comarca del Campo de Cariñena, donde los adolescentes se cambiaron de ropa, cubriéndose las caras con una careta y una bufanda. Igualmente se armaron con una escopeta recortada y una navaja, y el adulto los llevó hasta la parte trasera del banco.

Una vez allí, el tío de los jóvenes llamó al timbre a fin de que le abriesen la puerta, simulando ser un cliente más. En ese momento, los chicos accedieron al interior de la sucursal, encañonaron al empleado y sustrajeron 1.680 euros en efectivo, huyendo a la carrera por las calles de la localidad, mientras el adulto simuló ser víctima del atraco.