La Asociación de Amigos del Castillo del Compromiso de Caspe, creada en 1993 para divulgar el patrimonio caspense, ha retomado su actividad tras el reciente relevo llevado a cabo en su junta directiva. El objetivo prioritario seguirá siendo la reconstrucción del Castillo del Bailío, emblemática fortaleza que albergó en 1412 las deliberaciones previas al célebre fallo de San Vicente Ferrer, por el cual Fernando de Antequera fue elegido Rey de la Corona de Aragón.

El Castillo de la Bailía de Caspe ha sido un edificio singularmente marcado por el infortunio, los excesos y la desidia. Su condición de fortaleza defensiva, y el enclave de Caspe como sitio equidistante entre Aragón y Cataluña, le ha acarreado un notable desgaste.

Usos culturales

Actualmente, la Asociación de Amigos del Castillo supone poco menos que un oasis en el desierto del patrimonio caspolino, y considera factible y esencial su rehabilitación y posterior uso para fines culturales, con vistas al VI Centenario del Compromiso, que se celebrará en el 2012.

En este sentido, Amadeo Barceló, vicepresidente de la asociación, cree que lo prioritario "es diseñar un proyecto en el que Madrid y Bruselas tengan mucho que decir". La inversión que hay que hacer es elevada, "pero el rendimiento que se le puede sacar a esta infraestructura, una vez recuperada, es infinitamente mayor". "Estamos hablando del sitio donde se decidió el Compromiso de Caspe y, sin pecar de ombliguismo, creemos que se trata de un lugar emblemático para Aragón y, si se quiere, para España", añade Amadeo Barceló.

Con todo, el castillo no es el único objetivo de esta Asociación. En este sentido, Barceló admite la "imperiosa necesidad" de dotar a Caspe de una normativa u ordenanza que tutele las actuaciones en el Casco Histórico, creando un Plan Especial desde el cual dirigir las obras que se acometan en el patrimonio caspolino, potenciando su embellecimiento con actuaciones, incentivos y beneficios fiscales. De igual manera, es momento de "consolidar y aumentar la oferta museística de la ciudad, reactivando el Museo de Heráldica de la Corona de Aragón, sito en la Torre de Salamanca, y abriendo nuevos espacios".