El Ayuntamiento de Zaragoza, a través de la sociedad municipal Ecociudad, va a invertir 2,3 millones a lo largo de 2020 en la modernización de la depuradora de La Cartuja, la principal de la ciudad. En total se van a desarrollar 29 actuaciones que tendrán continuidad en 2021 con otros 2,7 millones de euros de inversión hasta alcanzar los 5 millones de euros.

El objetivo es avanzar en la actualización de las instalaciones, que están a punto de cumplir 30 años, para mejorar el proceso de depuración y con ello la calidad del agua devuelta al río Ebro. Una de las principales intervenciones es la renovación del circuito de decantación primaria, la primera gran fase del proceso de depuración.

El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, y la consejera municipal de Infraestructuras, Patricia Cavero, han visitado los trabajos que van a permitir sustituir los doce decantadores del circuito, que están deformados y corroídos por el uso y la agresividad de las aguas residuales que reciben.

Sólo la modernización de esta instalación supone una inversión de 1,4 millones de euros en dos años, ha precisado el Ayuntamiento de Zaragoza en una nota de prensa.También están ya en marcha las obras para restaurar y mejorar una de las dos líneas de incineración, cuyos trabajos centrales se van a desarrollar este otoño-invierno.

INCINERAR

La EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) de La Cartuja es la única de España junto a la de Galindo (Vizcaya) que incinera los fangos en lugar de destinarlos a aprovechamiento agrícola o compostaje. Este sistema no sólo permite reducir el volumen de los residuos generados en la planta, sino que además se aprovechan para calentar vapor y generar electricidad para la propia planta. En la actualidad entre el 15 y el 18 por ciento del consumo eléctrico de la depuradora se cubre a través de este sistema.

Ecociudad va a invertir en la renovación de este horno y la línea de incineración 1,8 millones de euros (821.000 euros en 2020 y 1 millón de euros en 2021). Además en los últimos tres meses se ha renovado uno de los espesadores de fangos y se ha sustituido una de las tres torres de refrigeración. A diferencia de otras depuradoras, la EDAR de La Cartuja es una instalación cerrada y dispone de un potente sistema de renovación del aire que evita la emisión de gases y olores.

LA PARADA TÉCNICA, POSPUESTA A OTOÑO POR EL COVID-19

Ecociudad ha pospuesto a finales de octubre-principios de noviembre la parada técnica anual de la depuradora. Inicialmente estaba prevista para el 16 de marzo pero la crisis sanitaria del COVID-19 obliga a aplazarla. La decisión se adopta para garantizar la operatividad de la planta, que presta un servicio esencial, ya que durante la parada trabajan más de 60 profesionales externos de todos los gremios, además de los empleados de la propia EDAR.

Junto a las inspecciones y puesta a punto habituales, este año se aprovechará para mejorar el proceso de circulación de los fangos, cambiando importantes tuberías y otras instalaciones. También se colocarán unas compuertas automáticas y motorizadas para regular la distribución de agua dentro de la planta, lo que mejorará significativamente la seguridad de los trabajadores y la rapidez de respuesta cuando sea necesario realizar un corte (el cierre se realiza de forma manual colocando tramos de lamas).

Durante esta parada estaba previsto comenzar a reparar la losa del canal por la que sale el agua depurada y bajo la que circulan otras aguas 'sucias'. Esta actuación sin embargo hubo que acometerla con carácter de urgencia en agosto al detectarse que existía riesgo de colapso.

La agresividad del ambiente había dañado seriamente el hormigón y el acero del forjado. El fallo estructural podría haber causado graves problemas en la planta y en el río, por lo que se decidió actuar de emergencia con la colaboración de la Confederación Hidrográfica del Ebro.

51 MILLONES DE METROS CÚBICOS DEPURADOS CADA AÑO

La EDAR de La Cartuja no sólo depura las aguas residuales de la mayor parte de Zaragoza. También trata las de poblaciones del entorno como Villamayor, La Puebla del Alfindén y Pastriz y las procedentes de la mayoría de polígonos industriales, entre ellos Malpica. El año pasado, el caudal depurado ha sido de 51.253.000 metros cúbicos, frente a los 11.841.000 de la depuradora de La Almozara, eliminando la contaminación que de otra forma iría a los ríos; especialmente al Ebro.

Cuenta con una línea de tratamiento del agua y otra de los fangos que se obtienen en el proceso de depuración, que se incineran y transportan al vertedero. Además se procesa todo el aire de la instalación y contaminado con gases procedentes de las aguas residuales, para devolverlo a la atmósfera tras un lavado químico.