La Junta Local de Zaragoza debatió ayer la posibilidad de articular dentro de un año un plan de seguridad local, basado en el que se aplicó durante las fiestas del Pilar, pero extendido a todo el calendario y a todo el término municipal de la capital aragonesa. Esta fue la principal conclusión de la reunión que el organismo mantuvo en la Delegación del Gobierno y que sirvió para presentar un balance «positivo» de la actividad policial y de protección civil durante la celebración de la patrona de la ciudad.

El objetivo del plan, según explicó el subdelegado del Gobierno, José Abadía, es garantizar la convivencia y la diversión en las aglomeraciones que generan las distintas fiestas, desde Halloween hasta la Semana Santa, pasando por el Jueves Lardero, y en toda clase de escenarios, desde plazas y riberas del Ebro hasta las instalaciones fijas o que se montan al efecto. En este sentido, subrayó, el botellón será objeto de un completo análisis y seguimiento. «No podemos mirar a otro lado», recalcó el subdelegado, que hizo hincapié en la importancia de la educación, la sanidad y la oferta de ocio para combatir este fenómeno juvenil.

Asimismo, la Junta Local de Seguridad revisará los protocolos de actuación, sobre todo en los actos multitudinarios, y se estudiará la problemática de las agresiones sexuales. Abadía se refirió a la importancia de trabajar con la seguridad privada en los recintos festivos con la potenciación de las pulseras para controlar aforos.

El consejero de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Fernando Rivarés, manifestó que la ausencia del escenario del Párking Norte «no se ha notado» y abogó por fragmentar o «diseminar» los escenarios para evitar problemáticas aglomeraciones en el entorno de los escenarios temporales de las fiestas.