La memoria de Miguel Ángel Blanco todavía sigue viva en el recuerdo de todos, y estuvo presente en el acto de homenaje que le rindió ayer el Ayuntamiento de Zaragoza por el 22 aniversario de su secuestro y posterior asesinato a manos de la banda terrorista ETA. El acto estuvo presidido por el alcalde de la capital aragonesa, Jorge Azcón y también asistieron representantes de los diferentes grupos municipales y el subdelegado del Gobierno en Zaragoza, José Abadía. Azcón reflexionó sobre el legado que había dejado el joven de 29 años en el recuerdo de todos los españoles que le deben «gratitud eterna» y que por ello «le recordamos 22 años después, y lo seguimos recordando todos los meses de julio».

El acto, que se celebró en el salón de recepciones del Consistorio zaragozano, estuvo repleto de emoción desde el principio. La edil del Partido Popular, María Navarro dio la bienvenida y ya desde el comienzo manifestó que «este ayuntamiento estará hoy y siempre al lado de la víctima». Posteriormente, se llevó a cabo la lectura del manifiesto La voz de las manos blancas que refleja la lucha colectiva que desempeñó España contra ETA ante la nube de odio y miedo que crearon sobre la sociedad española.

JÓVENES

Uno de los mensajes que más se escuchó durante el acto de homenaje a Miguel Ángel Blanco fue el de redactar un relato real y digno de lo que fue la actuación de la banda terrorista en España y enseñárselo a los más jóvenes para que sean conscientes de la barbarie: «Hay que hacer llegar el testimonio de las víctimas del terrorismo y su valor democrático a los más jóvenes para hacerles entender que la utilización de la violencia para obtener fines políticos jamás está justificada», refleja el manifiesto. La alcaldesa de Teruel, Emma Buj se refirió a este mismo mensaje en otro acto de homenaje celebrado en el ayuntamiento de la capital turolense. Buj explicó que existe la necesidad de «contar a los más jóvenes lo que ha sido ETA» para lo que pide «el apoyo de todos los demócratas».

Otro punto importante que apareció durante la lectura del manifiesto fue la obligación de deslegitimar toda la actividad y los medios de ETA y su proyecto ideológico que «cree justos los crímenes cometidos en nombre de su ideología totalitaria». Además, el alcalde de Zaragoza remarcó la idea de que «a los asesinos y sus herederos a los que se les quiere hacer pasar ahora por demócratas es una ignonimia, un insulto que debemos denunciar y rechazar con absoluta firmeza y rotundidad». Al mismo tiempo, Azcón envió un mensaje de intranquilidad porque aunque la actividad de ETA haya cesado, todavía «surgen nuevos terrorismos como el yihadismo».