Zaragoza se ve más favorita que nunca para lograr la Expo 2008. Así lo puso de manifiesto ayer el gerente de la sociedad pública Zaragoza Expo 2008, Jerónimo Blasco, tras hacerse públicos los informes oficiales de valoración de las tres candidaturas que pugnan por la muestra, Zaragoza, Trieste y Salónica, y en los que se constata que las tres han superado el examen de la Oficina Internacional de Exposiciones (BIE) al haber presentado proyectos "interesantes y viables".

Blasco, que se encontraba ayer en la sede del BIE de París, manifestó que los escritos ponen en evidencia que el proyecto zaragozano está "por encima" del de sus rivales en temas básicos, como en el emplazamiento --el meandro de Ranillas--, en el tema --agua y desarrollo sostenible--, en transporte y en planes de seguridad. También se supera a Italia y a Grecia en las razones para celebrar la muestra, así como en los "avances en la estrategia publicitaria y en materia de comunicación".

En las conclusiones del informe se destaca la trascendencia del tema del agua, "preocupación internacional", el "firme" apoyo del Gobierno y la "cohesión" institucional, entre otras valoraciones. De la posibilidades de éxito de Zaragoza lo da una valoración del informe: los diplomáticos consideran que la ciudad aún se queda corta al prever 7,5 millones de visitantes --la más alta-- y debería prepararse para recibir un aluvión, que no llega a cuantificar.

Los diplomáticos del BIE han elaborado sendos escritos de unos 60 folios sobre las tres candidatas tras visitarlas en las últimas semanas. No hay ni una sola crítica abierta, aunque la graduación de los calificativos de cada uno de los proyectos marca las diferencias. Para Blasco y la Sociedad Estatal de Exposiciones Internacionales (SEEI), Zaragoza va claramente por delante en la carrera, seguida de Salónica y, a distancia, Trieste. No obstante, el alcalde y presidente de la sociedad de la Expo, Juan Alberto Belloch, advirtió ayer que se debe seguir trabajando "sin ningún triunfalismo".

En el dossier de la capital sólo se pide que se concrete más la evaluación del coste de participación para los países y, de manera sorprendente, no se valora como al resto el rotundo apoyo del Gobierno. En cambio, el BIE valora de una forma más contundente todos los aspectos relacionados con el previsible éxito de participación, el diseño del recinto, su emplazamiento, la red de comunicaciones, las actividades de ocio y las infraestructuras de alojamiento, entre otras cuestiones.