El pequeño Javier de 8 años estuvo dos semanas en paradero desconocido hasta que fue localizado en Huelva, junto a su padre y familiares de este, por agentes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón que llegaron a desplazarse hasta allí. El supuesto responsable de dicha sustracción de menores, Javier Ariza López, se enfrenta a 4 años de prisión que solicita la madre del niño.

Junto a la pena privativa de libertad, esta mujer también solicita que el Juzgado de lo Penal número 8 de Zaragoza le inhabilite en el ejercicio de la patria potestad durante un periodo de 7 años. Asimismo, el abogado de la acusación particular José Lozano considera que deben ser castigados con penas privativas de libertad los familiares de Ariza López que le ayudaron en el supuesto rapto del niño. En concreto, Antonio A. L. y Emilia A. L. afrontan 4 años de prisión, mientras que José Luis E. se enfrenta un año y medio de cárcel.

Una acusación que no realiza con respeto a estos familiares la Fiscalía Provincial de Zaragoza, institución que pide que a Javier Ariza López se le condene a dos años y nueve meses de cárcel y que pierda la patria potestad durante 6 años.

El relato de los hechos que describen las acusaciones se remonta al 28 de marzo del 2018 cuando el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Zaragoza que atribuyó la guarda y custodia del menor y a su padre Javier un régimen de visitas los fines de semana alternos desde el sábado a las 10.00 horas hasta el domingo a las 20.00 horas, debiendo entregarlo en un punto de encuentro.

Los días 5 y 6 de mayo Javier Ariza López estuvo con el niño, pues era el fin de semana que le correspondía. Cuando fue la madre a recoger al niño, no estaba. Señala la Fiscalía «que sin su consentimiento, sin avisarla, ni decirle dónde estaba se quedó con el menor y se marchó a Huelva hasta el 18 de mayo».

SIN COMUNICACIÓN

Destaca especialmente el ministerio público que Javier Ariza López en ningún momento llamó a la madre del menor para decirle dónde se econtraba.

El arresto de Ariza López se produjo cuando este joven de 28 años salió a pasear los perros junto al pequeño de 8 años y el resto de familiares. Mientras vigilaban sus pasos, varias dotaciones policiales se ocultaron en diferentes vehículos en las proximidades del domicilio a la espera de su regreso. Fue cuando estaban a mitad de una calle y no tenían escapatoria cuando los policías salieron de varios turismos, redujeron a todas estas personas y liberaron al menor. Tras certificar que estaba en perfecto estado de salud fue custodiado en un centro de menores de la Junta de Andalucía para la posterior entrega a la madre.