El Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) anunció, en boca de su responsable de Economía y Cultura, Fernando Rivarés, su decisión de no llevar al próximo pleno la aprobación de uno de los cinco expedientes en los que se decide el destino del remanente de tesorería del 2017. Concretamente el que, en función de la votación del pasado viernes en comisión, con los votos de la oposición, y no ZeC, se acordó destinar a la compra de buses eléctricos (2,4 millones) y el arreglo del entorno y los accesos a La Romareda (600.000 euros). Los 3 millones que el Gobierno quiere dedicar a una operación baldosas.

Esta decisión, según Rivarés, es «una barbaridad de voto particular presentada por los cuatro grupos a la limón que no sé quién lidera, supongo que el señor Azcón (portavoz del PP), y que suprimía los 3 millones que el Gobierno proponía dedicar para obras menores en vías públicas». Y justificó su decisión de bloquear su aprobación en el próximo pleno por dos razones: porque «el interventor dijo que el ayuntamiento no puede comprar autobuses» y porque le han preguntado por escrito de nuevo que aclare si condería la autorización de ese gasto cuando, una vez aprobado, se le pidiera. «Porque en la contrata, en los pliegos, esta es una obligación de la empresa».

Prefiere perder un mes y esperar al siguiente pleno a que esos tres millones acaben «tirados a la basura, estratégicamente meditado por los cuatro grupos de la oposición» por su «estrategia de paralización y bloqueo». Su interpretación anticipa la respuesta del interventor, que en la Comisión de Economía ya le explicó -además de decir que «en principio el ayuntamiento no puede comprar autobuses»- que «siempre se puede volver a modificar el presupuesto, no se perdería el dinero».

ZeC mantendrá su voto particular a otro expediente, el del millón que la oposición aprobó dedicar al software de la Policía Local y a La Romareda, cuando el Gobierno lo quería para una operación asfalto».