La reivindicación de más infraestructuras y servicios en las zonas despobladas no es una cuestión de «victimismo». Más de un centenar de plataformas de toda España, representadas en Zaragoza por colectivos de las tres provincias aragonesas, respondieron ayer a las críticas lanzadas por el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, a movimientos como el de Teruel Existe defendiendo el «optimismo y las ganas de vivir» que se demuestran desde los pueblos a la hora de organizar acciones reivindicativas como la que el próximo viernes espera congregar a vecinos de 3.800 pueblos de toda España en un paro de cinco minutos a las doce del mediodía.

«No estamos vendiendo victimismo, lo único que se reclaman son soluciones a problemas concretos: cuando pedimos infraestructuras no estamos hablando de política», defendió el portavoz de la llamada Revuelta de la España Vaciada, Pepe Polo. Además, recordó que un movimiento como el de Teruel Existe ha servido de revulsivo turístico y que hasta marcas multinacionales como Ikea se han querido asociar a los valores que representan. Lambán acusó al colectivo ciudadano de ser «una fuente inagotable de lágrimas» que solo conduce «a la deshidratación y la nada» frente a las iniciativas públicas que se han desarrollado en la provincia.

Los promotores de esta huelga simbólica -«no será una movilización mediática, queremos que sean muchas gotas de agua que juntas formen una marea», justifican- destacan que muchos pueblos ya se sienten «protegidos» por las acciones que han emprendido tras la gran manifestación que recorrió el centro de Madrid el 31 de marzo. «En algunas zonas es posible que no aguanten ni una generación más», lamentó la portavoz de la asociación cultural de Bailo (en la Jacetania), Sara Labordeta.

Desde aquel día más de un centenar de plataformas de 23 provincias diferentes han trabajado de forma «autogestionada» para mejorar la comunicación entre ellas y centrar sus reivindiaciones. Su intención final es colaborar en la redacción de un Pacto de Estado que se tome en serio la despoblación. «Queremos marcar las agendas para intentar corregir la tendencia de los últimos años», destacó Polo.

LARGO CAMINO

Asumen que cualquier iniciativa tardará al menos dos décadas en ser efectiva. «Estamos solo al principio del camino», resumió la también portavoz de las organizaciones sociales, Susana Pastor.

El paro, que secundarán también numerosas empresas, según adelantaron los organizadores, estará acompañado por el tañer de las campanas. «Este gesto no tiene simbolismo religioso, pues queremos recordar que el sonido de las campanadas siempre se ha usado para alertar a la población de los peligros que le acechan como sucede en la actualidad», precisan.