-Este lunes comienza el curso en la Universidad de Zaragoza y lo hace en medio de la segunda ola de casos en Aragón. ¿Está preocupado, con miedo o tranquilo?

Tranquilo es imposible estar, pero no estoy preocupado, si no que estoy ocupado. Hemos trabajado mucho con nuestro servicio de Prevención de Riesgos y en contacto permanente con la consejería de Sanidad. Inquietos estamos, porque es innegable que es un reto y es complicado. Somos unas 40.000 personas en la institución, por lo que es casi imposible que no aparezca ningún caso de coronavirus. No nos podemos engañar, porque los habrá. Lo que tenemos que saber es convivir con ello para que esto no suponga un deterioro de la actividad ni un problema para la salud pública. El protocolo está definido y perfectamente acordado por todas las partes.

-¿Cómo se actuará cuando se detecte un positivo?

Hay un responsable covid en cada centro que está en contacto con Prevención de Riesgo y, a su vez, con Sanidad. Se actuará en función de si es natural de Zaragoza, de otra comunidad o residente en un colegio mayor. También se identificará a las personas que han compartido espacio con esa persona. Aquí no podemos hacer grupos burbuja como en los colegios, pero sí vamos a dar la mayor estabilidad posible a los grupos de estudiantes. Digamos que nosotros haremos un rastreo inicial para detallarlo a Sanidad y que sea la consejería quien dictamine las medidas. Además, en cada centro hay espacios adaptados para que esté la persona contagiada hasta que Sanidad decrete qué hacer.

-La situación obliga a cambiar el modelo de enseñanza. ¿Está satisfecho con la alternancia de clases presenciales y vía streaming?

Creo sin duda que la universidad presencial es la mejor porque permite la interacción entre el profesorado y el estudiantado. Es ventajosa y muy superior, porque no solo formamos en conocimiento, sino también en otras cosas. Sin embargo, entendemos que ahora clases masivas es imposible hacer y entonces hacemos lo más parecido a la presencialidad posible, salvando esa asistencia donde es obligatoria como en la formación práctica, que ha sufrido muchísimo este curso pasado.

-¿Cree que la calidad de la enseñanza se va a mermar?

La calidad de la formación académica no, pero sin duda en interacción seguro que perdemos algo. Ese contacto directo es importante para todos los ámbitos de la vida.

-¿A cuánto asciende la repercusión económica de esta crisis sanitaria en el campus?

Se pierde mucho dinero.

-¿Cuánto?

La consejería tiene cuantificada la cifra, pero debo respetar esa información. Lo que sí esperamos es que llegue a las universidades públicas el 20% del dinero que el Ministerio de Educación ha reservado para la educación superior. Esa es una preocupación de la Conferencia de Rectores, porque desde luego hemos incurrido en muchos gastos y esa ayuda es necesaria. Solo en equipar 198 aulas hemos destinado 250.000 euros para instalar un sistema de cámaras que permitan la docencia vía streaming, se han comprado ordenadores, se dispone de más capacidad de datos para salvar la brecha digital, de más espacio en la nube y requerimos de más técnicos de prevención y de audiovisuales, que tenemos que contratar. Hemos bajado las tasas, hemos incrementado las ayudas a los estudiantes más vulnerables, no vamos a cobrar matrícula a quien no se haya presentado o suspendido en una asignatura y todo eso, además de costar millones, viene promovido por el coronavirus. No queremos que nadie se quede atrás, pero para eso hace falta dinero. Sé que las residencias y la sanidad también han gastado mucho fueran los últimos de la fila porque entonces no sería cambiar el modelo. Si al final la universidad, como en otras crisis, acaba siendo la sacrificada y pagando el pato, no estaremos equivocando.

-¿Está de acuerdo con la actitud del ministro Manuel Castells? Se le ha achaca haber estado desaparecido este verano.

El ministro hace más política que gestión. Yo he tenido un contacto directo con José Manuel Pingarrón, secretario general de Universidades, y las reuniones con los representantes del ministerio han sido muy continuas. El ministro en unas estaba y en otras no, pero esa decisión corresponde juzgarla a la clase política y no a mí.

-¿Cree que las cosas se han hecho bien en Aragón?

Estoy muy contento con la gestión de Salud Pública como aragonés y como rector, y esto no es partidismo, es algo real. Tenemos un lujo de dirección y Francis Falo siempre nos ha ofrecido su consejo. Aragón ha salido mal porque lo ha hecho bien, porque ha dicho la verdad, no ha ocultado casos, ha hecho muchas pruebas y ha aconsejado muy bien a quien lo ha necesitado.

-¿Les está resultado difícil captar fondos europeos?

La investigación está yendo bien y el resultado de captación de fondos de proyectos nacional ha sido muy bueno. En las iniciativas covid hemos tenido mucho éxito y eso demuestra que los investigadores siguen compitiendo y mejorando a pesar de la situación. También el proyecto de universidad europea Unita, en el que participa la Universidad de Zaragoza junto a otros cinco campus, ha sido un éxito. Por ahí nos llega una inyección de fondos de 5 millones de euros para todo el consorcio y todavía las seis universidades podemos optar a dos más.

-¿Qué puede suponer esa universidad europea para Aragón?

La configuramos universidades ubicadas en zonas de montaña, fronterizas y territorios despoblados. Aquí hemos apostado mucho por revertir la situación de la despoblación en Aragón y esta es un herramienta enorme para ello. ¿Por qué un estudiante de los Alpes, tanto de la zona francesa como de la italiana, no puede hacer una estancia, por ejemplo, en Utrillas sobre bioeconomía? Eso supondría trabajar en el territorio, aprender la riqueza de la zona y por qué no vivir en esa zona. Apostamos porque la formación permanente y la investigación pueda crear riqueza y dar sentido a estos territorios. Esta universidad está focalizada en temas como comprensión linguística entre lenguas romance, patrimonio e historia, bioeconomía, economía circular y renovables. Es una apuesta por Aragón pero también personal. H

-La crisis sanitaria obligó a cancelar las elecciones a rector. ¿Tienen ya una fecha aproximada de cuándo serán?

El calendario no lo conocemos y lo marca Consejo de gobierno. Lo que es cierto es que, personalmente, me gustaría que fueran cuanto antes porque al estar en funciones eso te resta a la hora de negociar en una situación como la que vivimos. Aunque hemos actuado igual, hay cosas que en funciones no se pueden hacer y obliga a un sobreesfuerzo para lograr cosas que, de otra manera, serían más fáciles. Lo primero que tenemos que conocer es el nuevo censo, porque hay cambio de plantillas y estudiantes.

-Entiendo que se volverá a presentar.

No he dicho que no en ningún momento, pero es cierto que en este periodo se te pasan por la cabeza muchas cosas. Sin embargo, cuando uno adquiere un compromiso su obligación es respetarlo. Entiendo también que en la situación que viene la experiencia en gestión es un punto a favor importante. No va a ser fácil la situación económica del país, que va a repercutir en todos los sectores, también en la universidad. Optimizar los recursos, saber manejar la comunicación con el ministerio o con las consejerías es un plus que nosotros podemos ofrecer. No sería leal a la institución si ahora diera un paso atrás, que sería más cómodo porque está siendo agotador, para que lo vamos a negar.

-¿Van a tener más o menos matriculaciones este año?

Vamos a mejorar algo el número de estudiantes.

-La reforma de Filosofía sigue adelante, ¿se mantiene su apertura para el curso 2022-2023?

Sí, la pandemia ha supuesto un retraso en los plazos y tuvimos que aprobar un nuevo calendario, pero se sigue manteniendo la previsión de acabar en el curso anunciado. Quizás algún mes más tarde, pero será en el mismo año académico dicho. La empresa está recuperando todo lo que puede el tiempo retrasado para que no suponga más demora de la prevista.

-El PP pidió hace unos días que, ahora que el hospital San Jorge es universitario, se deriven allí más estudios de Medicina.

Esa decisión sería del Gobierno de Aragón, pero en la planificación universitaria si queremos dar sentido a una distinción del territorio tenemos que diferenciar y no copiar. Los grados que mejor funcionan en Huesca y en Teruel son los que no están en Zaragoza. Ahora ya hay Medicina en Navarra, en la pública y en la privada, así como en Lérida. ¿Qué posición geográfica ocupa Huesca respecto a este esquema? Sin duda con el San Jorge como universitario reforzamos la presencia de más estudiantes allí.

-La San Jorge ha estrenado el grado de Psicología. ¿Les ha repercutido en Teruel esta duplicidad?

No, pero sigo considerando que es un error para la planificación universitaria de Aragón tratar de hacer competir a dos universidades por los estudiantes. No deberíamos duplicar, pero la decisión no ha sido nuestra. Creo que esta situación, sinceramente, no es buena para Aragón.