Alberto Soro es una de las figuras más destacadas de la pretemporada. El canterano del Real Zaragoza se está destapando durante los partidos preparatorios de cara a la próxima campaña en Segunda División. Un estallido lleno de osadía que llegó a su punto más álgido en Tafalla, cuando el ejeano anotó un tanto de bella factura que sirvió para que el conjunto zaragocista venciera a la Real Sociedad.

Las lesiones han mermado la composición de la plantilla, con bajas significativas como Raúl Guti, Zapater, Papunashvili, Lasure, Delmás o Eguaras. Ante la ausencia de muchos de los primeros espadas se le abrió con interés la puerta a aquellos futbolistas de las categorías inferiores que, gracias a su esfuerzo y capacidad, se han labrado la oportunidad de probarse con el primer equipo. Entre todos los pupilos que han estado a disposición de Imanol Idiakez reluce la figura de un joven audaz que se exhibe con un atractivo desparpajo.

El nombre de Alberto Soro rentumba con fuerza en la cabeza de todos los seguidores blanquillos. Sus participaciones están levantando halagos procedentes de todos los rincones del entorno zaragocista. Sobre todo desde el pasado miércoles, el día en el que manifestó con fuerza sus aptitudes ante un rival con argumentos para luchar por los puestos de Europa League.

Aquella jugada pareció sacada del juvenil blanquillo que tanto asombró durante curso pasado. Marcos Baselga recibió el balón en el costado zurdo ante el atento marcaje del lateral realista Diego Llorente. El delantero vio la llegada de su compañero y le sirvió el cuero. Ubicado al borde del área, el ejeano se encontraba flanqueado por varios futbolistas visitantes. Por detrás, Mikel Oyarzábal; a la derecha, Asier Illarramendi; y a la izquierda Álex Sola. Pese a tratarse de una situación desfavorable, Soro detuvo la pelota, miró al frente y protagonizó una arrancada explosiva que le permitió zafarse de sus perseguidores para plantarse ante Moyá. Pese a no disponer de una condición favorable para el disparo, Soro armó su pierna diestra para soltar un potente disparo inalcanzable para el cancerbero ex del Atlético.

Un crecimiento natural

La finura aterciopelada del aragonés pertenece a esa estirpe de centrocampistas que brota cada cierto tiempo desde el césped la Ciudad Deportiva. Soro es un excelente pasador; interpreta los movimientos de los atacantes y tiene facilidad para proporcionarles asistencias de gran precisión. Posee una conducción del balón llena de verticalidad que le permite desgarrar las defensas contrarias. Además, ha mejorado en ataque, una faceta en la que trabajó mucho junto a Garcés y donde ha progresado favorablemente.

Pese a la prometedora luz que irradia su figura sigue tratándose de un proyecto de futuro envuelto en un cautivador presente. Todavía tiene que experimentar en el Deportivo Aragón. Necesita equivocarse, aprender de las decepciones, curtirse en el barro de una categoría tan exigente como la Tercera aragonesa. Soro tiene potencial para llegar a lo más alto y por eso debe de seguir creciendo con naturalidad.