La caída sufrida en la quinta etapa del Tour de Francia hizo mella en Angel Vicioso, que finalmente tuvo que retirarse ayer a mitad de carrera. El intenso dolor en su barbilla y sobre todo en su rodilla derecha forzó la renuncia del ciclista aragonés, que confesaba afrontar el Tour "con mucha ilusión, sobre todo en el llano, por mí y por estar en lo más posible con Roberto para ayudarle en todo lo que pudiese".

La repentina recuperación del martes la atribuyó al día de descanso, pero las declaraciones de su director, Manolo Saiz, quien comentaba que estaba "sufriendo como un perro y no consigue mejorar" no invitaban a presagiar nada bueno. Los peores temores se confirmaron y ayer pudo comprobar que "la rodilla no mejoraba nada y que iba a peor", según palabras del propio Angel. Había llevado a cabo un prólogo espectacular y había conseguido mantenerse muy cerca de Armstrong durante las primeras etapas. Sin embargo, el golpe sufrido camino de Chartres, cuando un perro se cruzó en la carretera a falta de ocho kilómetros para la meta, corroboró la mala suerte que parece perseguir a Vicioso en la cita francesa.

El año pasado ya tuvo que abandonar el Tour a causa de una caída que le provocó una fractura en la muñeca. Y en la presente edición las malas condiciones climáticas han dificultado todavía más su recuperación, aunque éstas eran lo que menos preocupaba a Vicioso ayer. "Parece que va a hacer buen tiempo, pero lo que más me molesta es la rodilla", lamentaba el aragonés.

VUELTA A CASA Tras su retirada, ultima los preparativos para su viaje de regreso a España, que se producirá casi con toda seguridad hoy o mañana. El ciclista, que prefirió abandonar antes que seguir sufriendo y no poder ayudar a sus compañeros, ya piensa en recuperarse y ponerse a punto para el próximo reto, la Vuelta Ciclista a España, donde espera contar con la suerte que en los dos últimos años le ha abandonado al otro lado de los Pirineos.