El Barcelona firmó una clara victoria contra el Almería (4-1) gracias a su acierto en los últimos minutos, después de largos bostezos y algún silbido desde un graderío cada vez más despoblado. Fue un triunfo maquillado sin lograr el objetivo de renovar su imagen, sobre todo en una segunda parte para olvidar.

En el minuto 9, el oportunismo de Alexis le permitió capturar un rechace de Esteban a disparo cruzado de Cesc y marcar el primer tanto (1-0). Neymar, muy incisivo en la banda izquierda, tuvo su momento pero no hizo un remate certero ante Esteban. El segundo tanto llegó a balón parado, en una falta directa ejecutada por Messi en el minuto 23. El argentino metió la pelota en una escuadra (2-0).

El Almería recortó en un córner, en un error colectivo con el balón en el aire. Valdés salió mal, Cesc perdió su marca y Puyol fue a buscar un balón imposible, mientras que Trujillo, libre de marcaje, conectó con la cabeza el esférico y lo mandó al fondo de las mallas por el centro de la portería (2-1).

El dominio no cambió de manos, aunque el tanto encajado deprimió un poco a los azulgranas, que arrastraron ese estado de a la segunda parte, en la que se vieron los momentos más soporíferos del partido, sin pegada ni llegada en ninguna de las dos porterías. La falta de entusiasmo en el Barça tuvo su momento álgido en el minuto 17 del segundo periodo, cuando el público le echó una mano con una gran pitada en una transición larga del Almería que acabó con un disparo poco certero del Aleix Vidal.

El equipo de Martino arregló el desaguisado en el que se había metido en un partido de bajo tono a poco de finalizar el encuentro, en un gol de oportunismo de Puyol (3-1), tras recoger un balón rebotado en el travesaño que había cabeceado Messi. Y lo remató con un gran gol de Xavi desde fuera del área (4-1).