-¿Leyó el tuit de Hortelano tras conseguir el récord de 200 metros, ese que dice «nunca dejes de soñar»?

-Bruno jamás ha dejado de soñar durante todos estos meses, años, de lucha, porque ese espíritu, esa determinación y, sobre todo, el convencimiento de que saldría adelante ha sido determinante para superar el trágico accidente que sufrió.

-Supongo que debe estarle eternamente agradecido.

-Es muy posible que Bruno crea que le he curado yo, o los doctores del 12 de Octubre, de Madrid, o la medicina, pero se ha curado él solito, que ha puesto todo y más, mucho más, de su parte para salir adelante, para creer. Bruno cree muchísimo en sí mismo y tiene una familia y un entorno espectacular, que le ha ayudado muchísimo a pelear durante estos dos años por ser quien era.

-Vaya, ya veo que a usted no le ha sorprendido el récord.

-Sin saber mucho de esto, aunque habiendo seguido su rehabilitación, por cierto, en la que el fisioterapeuta Miguel Ángel Cos, del CAR, ha tenido un papel vital, puedo decirle que Bruno podría haber vuelto antes, pero no quiso. Porque él no quería volver a correr, él quería volver a competir al más alto nivel, rendir como de él se espera y como él se exige. Cualquier otro hubiese lanzado la toalla, créame. Lo de Hortelano ha sido prodigioso y muy, sacrificado.

-¿Es verdad que sus colegas le dijeron que estaba loco si se hacía cargo de esa mano catastrófica?

-Cierto, sí. Y no solo mis colegas, todos grandes cirujanos, grandísimos amigos, sino mucha gente de mi entorno. Pero Bruno se jugaba mucho más que yo e, insisto, yo creo que debíamos poner las condiciones idóneas para que Hortelano pudiese superar su lesión.

-Ha sido, sin duda, una auténtica carrera de obstáculos ¿no?

-Con Bruno decimos que lo suyo ha sido una carrera de vallas, aunque él no salte vallas. ¡Las podría saltar, eh! Él ha ido saltando todas las vallas que nosotros, la medicina, la rehabilitación, le hemos ido poniendo por delante.

-¿Han tenido algo de suerte?

-La perseguimos y nos la merecíamos, todos. Es evidente que, en este duro camino, pudo haberse torcido algo sin remedio. Estábamos haciendo cosas que necesitaban un toque de fortuna para que funcionasen.

-¿La mano está curada del todo?

-Casi. Verá, creía que para Bruno era vital recuperar esa mano al cien por cien, pues suponía que se apoyaba en ella en la salida. Y no, no es tan importante. Sin embargo, sí es imprescindible a la hora de entrenarse en el gimnasio y hacer pesas para fortalecer su tren superior. De ahí que, ante la imposibilidad de recuperar todos los movimientos de la mano, decidiésemos reconstruir por completo los huesos y tendones del pulgar, índice y medio, que son los que ahora le permiten agarrar con fuerza las pesas.