El Club Flip Flap es la gran referencia de la gimnasia artística en Aragón. Pese a los endémicos problemas económicos y las carencias de unas instalaciones adecuadas para realizar este exigente deporte, este grupo ha progresado de manera constante gracias al entusiasmo de sus entrenadoras y la labor de los niños y niñas. Fruto del trabajo constante ahora está recogiendo grandes frutos.

Es el único club de participación abierta en Aragón, por lo que gracias a él, gimnastas de cierto nivel tanto de Zaragoza como procedentes de otras ciudades han continuado con su proyección deportiva. La entidad presidida por María José Sancho se encuentra en su mejor momento con 110 niños en su escuela y su su equipo de competición de 33 niños, entre los que los más destacados a nivel nacional son Pablo Jarauta, Lucía Hernández, Leyre Artola e Irene Campo.

Patricia Frías es una de las técnicas fundadoras del club. Reconoce que la gimnasia artística es un deporte que engancha a los niños. "La gente se interesa por nuestro club por la página web y el boca a boca. Es un deporte muy completo y a los niños les motiva mucho. Cuando vienen a probar, todos se quedan. Las niñas se entrenan tres horas y media y las tengo que echar del gimnasio. Y eso que es un deporte muy sacrificado y que exige mucha preparación física", explica la veterana entrenadora.

El club nació en 1990 impulsado por las técnicas María José Sancho, Ana Ordóñez y Patricia Frías. "Desde hace muchos años nos encantaba la gimnasia. El Ayuntamiento de Zaragoza creó una escuela municipal de gimnasia artística y empezamos a captar las niñas con más cualidades. Entonces ya teníamos un nivel majo", dice Patricia Frías.

Instalaciones

Pero no todo fueron buenas noticias en los primeros pasos que dio el club. Comenzaban los problemas para poder entrenarse en un pabellón adecuado. "Nos echaron del Príncipe Felipe y nos tuvimos que ir a los colegios Tomás Alvira y Cortes de Aragón. Hasta que hace seis años Álvaro Burrell, por aquel entonces director general de Deportes del Gobierno de Aragón, creyó en nosotras, compró el material y empezamos a entrenarnos en una sala del Centro Aragonés del Deporte y después en el Siglo XXI", recuerda. Ahora la sintonía con el Ayuntamiento no puede ser mejor. "La relación con el concejal de Deportes es bastante buena. Con Roberto Fernández nos hemos sentido escuchadas. Antes llamábamos a la puerta y nadie nos hacía caso. Hace dos años conseguimos que nos cedieran para el entrenamiento el pabellón Salduba. Ahora estamos en la gloria y se entrenan separados los chicos y las chicas. El viernes en el Siglo XXI hacemos salto y en el CAD las paralelas de las chicas. Por fin, el sábado hacemos la barra de las chicas en el Salduba", explica Frías.

Las características físicas y mentales de los chicos y las chicas son bien distintas. Ana Ordóñez está especializada en el entrenamiento de los chicos. "Son dos mundos distintos. Los chicos empiezan antes y tienen una vida deportiva mucho más larga que las chicas. Con ocho años las niñas hacen ejercicios que los niños hasta los once no realizan. Ellas pueden aguantar hasta los 20 si están en la selección nacional. Los niños con 25 o 30 años continúan entrenando", dice Frías. Es difícil compaginar la gimnasia con los estudios. "Las más pequeñas se entrenan de doce a catorce horas a la semana. Son muy responsables porque después se tienen que estudiar. Y cuando empiezan la carrera tienen que decidir qué paso tomar", apunta Frías.

En chicos el aparato más complicado es el caballo de arcos. "Requiere una fuerza tremenda", explica. En chicas el más difícil son las paralelas asimétricas. Todo el grupo tiene en mente el Campeonato de España, que se celebra en julio. "Durante todo el año hacemos competiciones fuera y nos vamos a Pamplona, Gijón, Vitoria o Alcoy. Ahora venimos de Andorra. Con estas competiciones se motivan y pueden hacer piña", afirma Frías.