El CAI pisa el acelerador con el retrovisor roto y con los frenos cortados. La victoria, tirar hacia arriba como sea y lo antes posible si puede ser, es el único sentido válido que le queda a un equipo preso de sus obligaciones de ascenso y coartado por su mal inicio. Este estrés, ya cotidiano, por otra parte, le impone una remontada regular y sin pausa hacia los dos primeros puestos de la Liga, donde se supone a un candidato a la ACB. El séptimo actual sabe a poco y este trecho perdido debe ser compensado lo antes posible. Así, Santander, la pista del Alerta, es el primer tramo de una primera y frenética etapa hacia este objetivo: tres partidos en nueve días (domingo 12 ante el Valls y viernes 17 en Huelva) para cerrar la primera vuelta. Capturar el pleno de triunfos antes del parón de las Navidades es la obsesión del conjunto de Quintana y su cumplimiento pasa por ganar hoy (18.30).

Esta obligación está condicionada por lavar la cara ensuciada durante el último partido. La imagen anodina y poco saludable a pesar del triunfo ante el colista Calpe debe ser remodelada en otra más despiada y esperanzadora, como la exhibida ante el Menorca. De ese último encuentro con el bostezo, el conjunto de Quintana sólo debe recuperar el espíritu defensivo que, en forma de zona 2-3, sepultó al esquelético cuerpo de los alicantinos. Defensa y rebote. Rebote porque de algo debe servir la lección de humildad que otorgó el Ourense en el último desplazamiento. Si se produce un sacrificio global en esta tarea y se protege el aro propio, lo que no ocurrió en Galicia y llevó a la derrota, la partida tendrá mucho de ganada.

LA TRAMPA DE LA CLASIFICACIpN Cantabria es un escenario engañoso --el CAI ha perecido en sus dos visitas por marcadores ajustados-- y que esconde una trampa camuflada bajo la complicidad de la clasificación. El penúltimo puesto del Alerta es una mentira del pasado y no refleja el peligro actual de este equipo. Jorge Elorduy le ha quitado las pulgas a este viejo Lobos y le ha afilado las garras de la codicia. Tras el cese de Manolo Hussein y la llegada del vasco al banquillo, el cuadro cántabro no conoce la derrota. Ganó en La Palma, al Menorca en Santander y en Los Barrios durante la última jornada. Esta racha y el plus de confianza que supone en la plantilla alerta del peligro de este club exACB (cuando residía en Torrelavega) y cuna de Quintana como jugador y técnico.

La plantilla del Alerta vuelve a estar confeccionada por patrones exóticos. Seis no seleccionables coinciden en un equipo políglota, fórmula que le llevó al fiasco la temporada pasada. Si con eso era poco, la directiva no se ha resistido a cortar cabeza. No sólo rodó la de Hussein, también la del pívot Greg David, marcha subsanada con Kruiswijk, al que el CAI dejó escapar cuando lo tenía atado.

RIVAL POLUGLOTA El Alerta cojea en ataque, donde es el tercero peor de la competición (70 puntos de media), y hay claros signos de precipitación (230 pérdidas, segundo de la LEB) y falta de visión de juego (sólo 100 estadísticas). Uno a uno, posee un base espídico, el estadounidense Lee Evans (6 puntos), y otro cérebral, Juan Pedro Cazorla. Como francotiradores tiene a otro yankee , Erdmann, que promedia 14 puntos en 8 partidos, y al veterano Jacobo Odriozola (11 puntos y 44% de tres). Para el juego interior queda un buen cuarteto. En gran estado de forma está el argentino Lo Grippo, compañero de Lescano en Atenas, y artífice del triunfo en Los Barrios con 22 puntos. Le acompañan Chima Igwe (8 puntos y 6 rebotes), Marvin Stone (9 puntos y 6 rebotes) y Kruiswijk. La única baja es el alero Juanma Rodríguez, con ostiopatía de pubis.