San Petersburgo acogerá hoy la primera semifinal de un Mundial repleto de sorpresas que ha llegado a la penúltima ronda con cuatro supervivientes europeas. No hay ni rastro de América tras las eliminaciones de Brasil y Uruguay en cuartos. Francia y Bélgica disputarán un duelo con tintes de final anticipada viendo el resto de contendientes. Los bleus son los únicos favoritos que han cumplido con el guion y esperan ahora a la ilusionante Bélgica, que aspira a su primera corona.

Los diablos rojos ocupan la plaza que los pronósticos asignaban a Brasil. La pentacampeona se estrelló con Courtois, el fantástico portero del Chelsea, y se despidió de un torneo en el que perseguían su sexta estrella. El combinado del zaragocista Roberto Martínez ya ha igualado la gesta de 1986, cuando la Bélgica de Jean Marie Pfaff, Scifo y Ceulemans se plantó en semifinales tras tumbar a España en los penaltis en el torneo de México. Ese es el techo que esperan derribar los chicos de Bob, que se han levantado perfectamente de la convulsión vivida con Marc Wilmots en la última Eurocopa.

Al otro lado emerge la sólida Francia de Didier Deschamps. No maravillan los bleus, pero conforman el bloque más completo. También se llevaron su revolcón hace dos años, cuando cayeron en la final de París ante Portugal. Era su campeonato y sufrieron un durísimo revés. Pero les sobra calidad y fortaleza. Ha tenido un torneo bastante plácido (solo sufrió unos minutos ante Argentina) y llega a la semifinal dispuesta a destapar todos sus recursos. Como espejo tienen a la selección campeona del mundo hace 20 años, liderada por Zidane y capitaneada por Deschamps, que desea entrar en ese selecto grupo de triunfadores como jugador y seleccionador.

Griezmann y Mbappé comandan un conjunto que cuenta con la mezcla perfecta entre talento y fuerza física para hacer frente a la selección más goleadora. Los belgas pierden al sancionado Meunier, mientras que Francia recupera a Matuidi.

HENRY, EL INFILTRADO / «Tengo un gran respeto por Roberto Martínez. Ha dotado a Bélgica de un toque personal y diferente. No están en semifinales por casualidad», dijo ayer Deschamps. Su selección está siguiendo el clásico guion del éxito. De menos a más. También llega animado el rival, con un triunfo ante Brasil que subió «la autoestima» del grupo, explicó el seleccionador español. «Es una gran oportunidad para todos. Para los jugadores y para toda Bélgica. Es un momento único y maravilloso cargado de alicientes», señaló el técnico, que estuvo cinco años en el Real Zaragoza.

A su lado tendrá al infiltrado Thierry Henry, el hombre que ha moldeado a la bestia Lukaku. «Nos da la experiencia internacional, el hecho de saber lo que es ganar un Mundial como jugador de élite que fue. Es la pieza que necesitamos», concluyó un radiante Bob.