Las pruebas médicas a las que fue sometido en la tarde de ayer el guardameta del Zaragoza César Láinez depararon buenas noticias. El cancerbero aragonés sólo sufre una contractura en el abductor derecho que no debe impedirle jugar ante el Celta. "No hay rotura y ésa es la mejor noticia. Yo creo que no tendré problemas para jugar el domingo. De hecho, si pude hacerlo ante el Espanyol...", afirmó.

El portero zaragocista reconoció que terminó con muchas molestias en la zona, "pero también el día de la final de la Copa. No tengo dolor cuando corro, pero sí al golpear el balón, por lo que hay que esperar a que se relaje el músculo y pueda entrenarme con el resto de mis compañeros". Con ese fin empezará a trabajar hoy mismo en el gimnasio y lo previsible es que el jueves o el viernes pueda ya entrenarse al mismo nivel que el resto, por lo que su presencia ante el Celta no parece correr ningún peligro.

Y, dado el cariz que ha tomado ese partido, que puede marcar casi la definitiva salvación zaragocista, no cabe duda de que es excelente noticia que Láinez esté bajo los palos, ya que el guardameta demuestra partido a partido sus condiciones y en estos momentos es el sexto con mejor promedio de goles encajados en la Liga (1,25 por partido) entre los porteros que llevan más de 24 encuentros disputados.

CUARTERO, CON UN GOLPE Mientras, Cuartero no hizo la carrera suave que realizó el resto de jugadores titulares ante el Espanyol después del fuerte golpe sufrido en su rodilla derecha tras un choque con el espanyolista Wome. El defensa zaragozano, que tiene la rodilla inflamada, quitó importancia al golpe y de hecho espera ejercitarse con el grupo en el regreso a la actividad mañana en la Ciudad Deportiva.

Por su parte, Jesús Muñoz continuó ayer trabajando al margen junto al fisioterapeuta Paul Knaap al no estar recuperado de sus molestias musculares, aunque el futbolista conquense no entra en los planes de Víctor Muñoz.