La primera victoria del Casademont Zaragoza en la Champions tuvo mucho mérito. Primero, porque el equipo aragonés supo someter al Besiktas en Estambul con una extraordinaria defensa. Y segundo, porque supo sufrir ante sus propios problemas -se quedó bien pronto sin San Miguel y Justiz- y ante el ímpetu del conjunto de Ivanovic, que consiguió levantar 16 puntos de desventaja y tener serias opciones de truinfo. El final tuvo mucho de dramático. Con 11 segundos por delante, Theodore falló los dos tiros libres pero el Besiktas logró palmear el rebote y ponerse por delante, 73-72. En esa última posesión el balón fue para Seeley, que acabó tirando forzado y sacando tres tiros libres a 0.4 décimas. Anotó dos y el Casademont logró su primer triunfo en la Champions (73-74), nada menos que en casa de uno de los favoritos del grupo.

Todo un golpe sobre la mesa en un partido que tuvo de todo. El Casademont cumplió su objetivo de jugar fuera como en casa y su primera parte, especialmente el primer cuarto, fue primorosa. Su defensa confundió al Besiktas, que arrastró unos pobres porcentajes de tiro hasta el descanso. Los aragoneses se pusieron enseguida por delante y pudieron jugar cómodos. Sin embargo, la felicidad no fue completa en Estambul. A los cinco minutos de juego, Javier Justiz se lastimó el tobillo en una acción en solitario y tuvo que sentarse en el banquillo. Por si fuera poco, cuando solo llevaba 2.39 en pista relevando a un excelso Alocén, Rodrigo San Miguel también tuvo que irse al banco doliéndose de un costado.

Así que el Casademont jugó 30 minutos con dos jugadores menos, lo que hizo saltar por los aires los planes de rotaciones de Fisac. Alocén tuvo que meterse entre pecho y espalda 29 minutos, Seeley y Brussino, 30 y Radovic, 34. Eso hizo que el equipo aragonés fuera claramente de más a menos, desinflándose con el paso de los minutos. Fisac acabó incluso sin grande, con Radovic haciendo el cinco. El equipo sufrió, pero supo sufrir. No se descompuso aunque el Besiktas le fue poco a poco comiendo terreno y, al final, tuvo que jugar un partido nuevo. Se le esfumaron los 16 puntos de renta y tuvo que pelear segundo a segundo por el partido hasta el final.

Cuando peor lo estaba pasando el equipo apareció DJ Seeley, que anotó tres triples y sacó faltas importantísimas, como la que le dio el triunfo final al Casademont. También hizo un buen partido Brussino, bravo en defensa y bien en ataque salvo en algunos lanzamientos lejanos. Ambos fueron los puntales del conjunto de Fisac junto a Radovic, que recuperó su mejor versión después de unos partidos más apagado. Entre los tres llevaron la anotación del Casademont, con una gran aportación de Alocén, al fin, y con ayudas puntuales de otros jugadores.

El equipo perdió la chispa pero no el espíritu, aunque el duelo acabó convertido en un cara o cruz. Lo resolvió el Casademont porque falló menos al final, o porque acertó más en momentos clave, con Seeley desde la línea de tres y esa última falta de Batuk a falta de 0.4 segundos que hizo caer la moneda del lado aragonés. Ganó el Casademont en Turquía en un final dramático y mira ya de otra manera la clasificación del grupo D. Tiene mucho mérito.