En la vida hay muchas cosas que dependen del punto de vista con que se las contemple. Ilusión, sin ir más lejos, es una "esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo" y la "viva complacencia en una persona, una cosa, una tarea...", según la RAE. Pero también un "concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos". Un iluso, así, puede ser un soñador o un ingenuo, en función de quién lo califique. Los inversores, precisamente, iniciaron ayer la jornada con la ilusión de alcanzar y superar los máximos anuales del pasado abril. Pero la realidad les dio un duro golpe y acabaron sufriendo su peor jornada en muchas semanas.

Por una parte, se produjo el clásico fenómeno de recogida de beneficios para aprovechar las plusvalías latentes por las subidas. Pero, por otra, se volvieron a encontrar motivos para afirmar algo que algunos expertos subrayan: la recuperación de los mercados quizás es excesiva teniendo en cuanta la situación económica. La mala apertura de Wall Street (por los malos resultados de Wal-Mart y la caída de la producción industrial estadounidense), el flojo crecimiento de Italia y Francia y los rumores de que Grecia podría crear un impuesto para los inversores extranjeros en deuda provocaron el desplome. El Ibex 35 cayó el 2,35%, hasta los 10.365 puntos, mientras que la prima de riesgo llegó a superar los 170 puntos básicos durante la sesión.