-Podemos aguantó el tipo en las elecciones generales. ¿Sucederá lo mismo ahora?

-A Podemos se le dan bien las campañas electorales. En Aragón también. Es bueno que se nos oigan las ideas, que se nos vea debatir y discutir con los contrincantes políticos y proponer. Podemos no solo aguanta bien el tipo, sino que está pensando en que puede ganar.

-¿A qué se debe el desgaste?

-Hemos tenido cuatro años muy duros en la formación con muchos ataques, incluso con las cloacas del Estado creando noticias para desgastar. También hay que reconocer que hemos cometido errores internos de vieja política que tendríamos que haber evitado. Es bueno reconocerlo, pedir disculpas y pensar en que no se vuelva a repetir.

-¿Afectó que Iglesias y Montero se comprasen el chalet?

-Sí. Pudo afectar en parte de nuestra militancia que no recibió bien esa noticia.

-¿Por qué Podemos Aragón no ha llegado a un acuerdo con IU?

-Porque discrepamos en las formas para llegar a los fines. Creo que hay que priorizar el diálogo, calmar el debate y estar dispuestos a mancharnos las manos gobernando. Todas estas cosas han marcado un punto de ruptura que ha hecho que vayamos por separado. Esto no significa que a partir del día 27 lleguemos a acuerdos, porque si la suma da estamos dispuestos a dialogar con CHA, IU o PSOE.

-Ha pasado lo mismo en el Ayuntamiento de Zaragoza. Es difícil de entender que Podemos y ZeC vayan por separado.

-Es la primera vez que Podemos se presenta como tal a las municipales. Necesitábamos tener nuestro hueco, nuestra forma de hacer política. Y cuando eso no encajaba en la línea que quería llevar ZeC lo mejor era ir por separado, que Violeta Barba tuviera su candidatura y que la gente decida qué proyecto quiere.

-¿Podemos quiere que su marca y programa vaya en solitario en Aragón?

-No. Nosotros nos esforzamos en intentar ir en confluencias. La marca no aparece en solitario, aparece con Equo. No era un problema de mantener virgen la marca porque al final no vale para mucho. Sí queríamos llevar un programa propio, salir a gobernar y ganar, y en esto sí que nos hemos distinguido. Creemos que hay opciones para gobernar y si dan los números es el momento.

-¿Cuál ha sido el papel de Podemos en esta legislatura?

-Ha sido complejo. Cuando uno sostiene un Gobierno pero hace a la vez de oposición tiene un papel bastante difícil. Nos hubiera salido mejor y habría sido más fácil estar dentro del Gobierno que en esa posición en la que se nos obliga a negociarlo todo. El PSOE no hubiera sido ni tan social ni tan socialista si no nos hubiera tenido detrás achuchando para conseguir propuestas más sociales. Parte del logro y de la mejora de los aragoneses es gracias a que desde Podemos hemos estado como un pepito grillo intentando traer a Lambán al lado bueno y que no se fuera hacía la derecha.

-¿Qué ha logrado?

-Hay logros de leyes que tenemos que reconocer como propios, como la de Ética e Integridad Pública, la de pobreza energética y social, el pacto por la ciencia, educativo, las leyes de igualdad, LGTBI,...

-¿Y en qué se han equivocado?

-Hemos cometido errores al mediatizar demasiado algunos conflictos con el PSOE porque no favorecía a nadie. También en la ingenuidad de creer que desde fuera se puede controlar un Gobierno. Pecamos de ingenuos.

-¿Se arrepiente de no haber entrado en el Gobierno de Lambán?

-Sí, y comparto el análisis que hace Pablo Iglesias de que probablemente nos equivocamos porque teníamos un resultado que era casi un empate técnico y nos habría permitido hablar de tú a tú.

-¿Lambán es de derechas o de izquierdas?

-Es un señor con ciertos tintes conservadores que ha caído en un PSOE que no le gusta mucho. Él mismo renuncia a parte del ADN socialista que estamos viendo en Madrid y que demuestra que Lambán no es Pedro Sánchez, que es otra cosa. Es un señor que en el último año ha decidido no hacerse fotos con Podemos no vaya a ser que las cuentas le salgan mejor con Cs. Ha forzado un alejamiento siendo que llevamos tres años haciendo cosas juntos pero Lambán preferiría gobernar con la derecha como ha hecho siempre el PSOE en esta tierra, que cuando ha podido pactar con la izquierda ha preferido hacerlo con los partidos de derechas.

-¿Pactará con Lambán?

-Si la ciudadanía da una mayoría progresista y da un mandato tan claro como en Madrid de gobiernos por la izquierda nos tendremos que tragar todos los sapos pero habrá que gobernar.

-¿Con qué partidos están dispuestos a pactar?

-Con los que sean progresistas y defiendan la justicia social, revitalizar nuestros pueblos y el feminismo. Esto deja bastante fuera a Cs por mucho que se pongan el tinte de feminismo liberal o de que son progresistas. No es así, son la nueva derecha.

-¿Propondrán un cordón sanitario contra Cs?

-Con Vox sí, y más que un cordón sanitario, es democrático. Con Vox, que llevan en sus filas a líderes franquistas y gente que defiende volver a épocas predemocráticas nos tocara hablar porque entrarán en el parlamento, pero para mí no representan ni los valores mínimos para poder pactar. El resto son fuerzas de derechas que tienen que estar. Hemos sacado acuerdos con ellos, pero lo de gobernar es algo serio.

-¿Ve un Gobierno PSOE-Cs?

-Lo he visto durante este último año cada vez que le hacíamos llegar a Lambán propuestas, que primero hablaba con Cs. Lambán se ha sentido muy incómodo con Podemos porque le hemos exigido más audacia y valentía de la que estaba dispuesto a asumir. Parece que se sentirá más cómodo con Cs porque no le exigirá tanto. En su mente está Cs pero en la de Cs hay otras hipótesis que no son gobernar con el PSOE.

-¿Cuáles son las líneas rojas de cara a una negociación?

-Si dan los número el día 27 nos tendremos que sentar a discutirlo todo y la mejor forma no será con líneas rojas.

-¿Qué cambios de gestión propone?

-Necesitamos que los servicios públicos y sociales pasen de esa era de los 80 para pensar en potenciarlos y en su sostenibilidad a 20 años vista. Hace falta audacia y propuestas que piensen más a largo plazo, no solo en una legislatura. Lambán se ha puesto la medalla de haber revertido los recortes pero cuando te comparas con el peor Gobierno de Aragón es muy fácil hacerlo bien.

-¿Cuáles son sus prioridades?

-Aragón necesita hacer un cambio de modelo económico y productivo. No puede ser que sigamos tirando del turismo como motor para salir de la crisis. Necesitamos utilizar la sobrecualificación de los más jóvenes para dar un giro hacía una energía más renovable y sostenible por justicia climática y porque son mercados más estables. Hay que desarrollar una empresa pública de la energía que invite autónomos y pymes a hacer esa transición. Y revertir la despoblación. Aragón se nos muere y no tenemos más tiempo para frenarla.

-¿Que propone?

-Hay que apostar por un plan de desarrollo sostenible en el medio rural y por otro integral de infraestructuras. En este caso habría que exigirle a Madrid que haga las pendientes. Hemos tenido gobiernos sin la suficiente gallardía para exigirle a Madrid los 600 millones de deuda en infraestructuras pendientes. Ya no hay que pedirlas, sino que nos digan cuándo van a hacerlas.

-¿Cómo se pagarían?

-Haciendo una progresividad fiscal y asumiendo que, el que más tiene, debe pagar un poco más. Defendemos que esto de subir o bajar impuestos como lema es una trampa porque se elige quién los paga. En esta legislatura se ha elegido que cualquier persona que abre el grifo a día de hoy pague el ICA pero, sin embargo, se les ha dado a las grandes familias un regalo en forma de 45 millones por las herencias. Con esta cantidad da para hacer muchas cosas, como mínimo para asegurar la gratuidad de la universidad, para apostar por las cocinas en los comedores. Da para mucho, se trata de prioridades.

-¿Sobran las diputaciones?

-Sí, porque es la única Administración que no presta servicios porque no tiene competencias propias. Son un entramado prefanquista que tendría sentido si no hubiéramos tenido las autonomías y el autogobierno autonómico. Son como una mediación para la financiación local que tampoco tiene sentido porque el Estado puede hacerlo directamente con los municipios.

-¿Las eliminarían?

-Sí. Pero esto exige una mayoría muy grande en el Congreso, por lo que de momento planteamos es un vaciado absoluto de competencias transfiriéndoselas a las comarcas para acercar todo lo que se pueda la política a la ciudadanía y a la calle.

-¿Será más fácil negociar la derogación o modificación del ICA en el ayuntamiento sin un Gobierno de ZeC?

-Si Violeta (Barba) acaba siendo alcaldesa será mucho más fácil si nosotros estamos gobernando en Aragón. El problema del ICA se enquistó por las malas relaciones entre el Ayuntamiento de Zaragoza y la DGA. Nosotros lo intentamos hasta el final poniendo todas las propuestas sobre la mesa. La de la RAPA está bien y aunque Lambán no lo reconozca en público creo que no tendría problemas en asumirla. Tenemos que dejar al margen esa deuda del tranvía para hablar del ICA.

-Pero la deuda del tranvía también es importante.

-Totalmente, pero cuando metemos todos los huevos en la misma cesta no se arregla ninguno. Por eso es importante que se dialogue cada uno de los temas y con vocación de llegar a acuerdos y de resolverlos.

-¿Qué pasa que es tan complicado que la DGA y el ayuntamiento se entiendan?

-Ha habido una competitividad histórica, incluso cuando ha gobernado la misma fuerza política ambas administraciones. Hay cierto complejo de ZarAragón en el que el Gobierno no quiere que se vea demasiado su apoyo a Zaragoza por el resto del territorio y la capital se siente dañada. Es fundamental que haya candidaturas conjuntas como la nuestra.