Es evidente que la fotógrafía es una de las artes que más ha evolucionado, devido a la tecnología, tanto por el soporte, ya no siempre o casi nunca en papel, como por las posibilidades que permiten los nuevos programas de tratamiento de imágenes. Sin embargo, el espíritu del Salón Internacional de Otoño de Zaragoza, que llega a su 94 edición, sigue siendo el mismo que lo impulsó en sus orígenes, pues se nutre «de la ilusión que los autores muestran por participar, pues si no, el salón no tendría razón de ser», señala Julio Sánchez Milllán, presidente de la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza.

Un salón que ayer se puso de largo en la sala 3 del Museo de Zaragoza, donde hasta el 25 de noviembre los visitantes podrán contemplar más de 80 fotografías con un discurso expositivo dividido en 5 secciones, correspondientes a cada una de las categorías del concurso, con las mejores 15 fotografías clasificadas en cada sección: Color, Blanco y negro, Viajes, Creativa y Papel; además del Mejor Autor del Salón. Las fotografías se han seleccionado de un total de 2.902 imágenes procedentes de 219 países.

El director general de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón, Nacho Escuín, inauguró ayer la exposición de estas obras junto a Sánchez Millán

La muestra se completa con con un Concurso de Bodegón, donde se muestran 16 bodegones, todos ellos fotografías ganadoras del Concurso que promovió la Federación de Agrupaciones Fotográficas de Ebro, de la que forma parte la RSFZ.

Además, la sala 1 recoge una breve historia de la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza, ya que está a unos pocos años de celebrar su centenario, pues, con el ejemplo de otros salones de Gran Bretaña, Francia y Alemania, comenzó su andadura en el año 1925 y es el más antiguo de España y el tercero a nivel mundial.

LA HISTORIA

En la Zaragoza de los años posteriores a la celebración de la exposición Hispano-Francesa se celebraban tertulias de inquietos jóvenes trabajadores, comerciantes y técnicos de los nuevos medios, como era la fotografía. Un grupo de ellos decidió en noviembre de 1922, en el Café Gambrinus, comenzar la preparación de la documentación oficial para la fundación de una sociedad de fotógrafos aficionados. El 31 de marzo de 1923, bajo la presidencia de Manuel Lorenzo Pardo, se formó la primera junta compuesta por personas de alto poder adquisitivo médicos, farmacéuticos, ingenieros, químicos, comerciantes…

El día 13 de junio del mismo año, en el salón de actos del Casino mercantil, Industrial y Agrícola, se produjo la sesión inaugural con la lectura de los estatutos oficialmente inscritos en el registro del Gobierno Civil , inicio de las actividades, cursillos, conferencias, excursiones fotográficas, etc; que continuan hasta la actualidad.