Los niños que sufren o asisten a la epidemia de ébola en el este de República Democrática del Congo han reconocido sentimientos de abandono, miedo y estigma, según un sondeo elaborado por la oenegé World Vision, que ha llamado a redoblar el apoyo psicosocial a la población afectada. La organización humanitaria ha entrevistado a 139 niños y 129 adultos en seis zonas de la región de Kivu Norte, epicentro de una epidemia que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha causado ya más de 2.200 muertos en el último año y medio.

«¿Nuestra esperanza para el futuro? Una vida sin ébola y en paz», cuenta una niña entrevistada en Kalunguta. La zona este de la República del Congo ha sufrido en los últimos meses un repunte de la violencia que ha complicado las tareas de asistencia.

Sin embargo, las principales conclusiones del informe Miedo y Soledad giran en torno a la percepción que estos menores tienen de su vida y de la de su comunidad por la epidemia. El 61% de los niños cree que quienes han quedado huérfanos tras la llegada del virus a su familia se sienten abandonados, mientras que más de la mitad de los adultos conocían casos de abandono. Siete de cada diez menores consideran que los niños supervivientes de la enfermedad se sienten marginados por los amigos. Un menor de la misma ciudad reconoce que hay «muchas personas con miedo de acercarse a los niños que se han recuperado del ébola y a hogares afectados». Desde el inicio del brote, «no tenemos acceso a varios juegos porque los padres nos han prohibido jugar por miedo a infectarnos», explica.