Chile se encuentra sumido en una grave crisis social y política. Hace unos días el Gobierno chileno decretó un alza en los precios de las tarifas de la red de metro de Santiago, la última gota que reventó el vaso ya lleno de una y más mil injusticias: los bajos salarios, el valor de los medicamentos, el sistema de pensiones, los anuncios de alzas en las tarifas de electricidad, la situación de las zonas de sacrificio ambiental, el negocio del agua privatizada. Todo eso en un contexto de corrupción y de constante violación del conflicto de interés entre política y empresa.

La Asociación Chilena de Organismos no Gubernamentales (Acción) desde siempre ha planteado el divorcio creciente entre el estado y la sociedad, las élites políticas y los movimientos sociales y planteado insistentemente la necesidad de cumplir con la transición desde la dictadura militar de Pinochet a la democracia con la participación de la sociedad civil. Solo ese camino permite enfrentar la exclusión y la desigualdad que viven las mayorías de los chilenos y chilenas. La escasa capacidad de escucha de los gobiernos y la igual escasa empatía con los sectores más vulnerables, no solo motivan si no alimentan y refuerzan las propuestas. Desde la semana pasada y hasta este mismo momento, en todo el país se han multiplicado las manifestaciones escalando en participación e involucrando de forma pacifica a familias y ciudadanos comunes y corrientes, cuyas consignas son más equidad social y ambiental.

Condenamos los actos de violencia que se han dado y que se siguen dando porque consciente o inconscientemente son parte de un guión que se repite igual: esconder y minimizar detrás de la violencia las verdaderas demandas y motivaciones del pueblo chileno. El país ha quedado bajo las órdenes de jefes militares, con miles de ellos en las calles, y aún así no se han detenido las manifestaciones ni con el estado de emergencia ni con la petición de «perdon» de Piñera. A una semana del inicio de las protestas ya son casi 20 las personas muertas, decenas de heridos y centenares de detenidos.

Es urgente un nuevo pacto social que revierta y afecte el neoliberalismo salvaje instaurado en el país por la dictadura y que cada día muestra su rotundo fracaso. Y eso no sólo en Chile, los acontecimientos en Ecuador, Brasil, Argentina y Perú evidencian la inmediata y obligatoria revisión y cambio de las políticas sociales y económicas en la región latinoamericana. La solución no está a la vuelta de la esquina y requerirá de compromisos sinceros y de la máxima tolerancia entre todos y para eso Acción reafirma la importancia de la expresión de la sociedad civil en la construcción democrática y trabajará para ello. Llamamos a un diálogo para promover la Asamblea Constituyente y construir juntos aquella Constitución que se merece el pueblo chileno y llamamos a la comunidad internacional para poner el foco sobre lo que ocurre en Chile.