Tener tiempo de calidad con la familia impulsa el bienestar personal y social, pero no la economía. Pero muchos niños pasan las tardes de los días laborables en soledad en sus casas. Muchos cenan solos. También desayunan solos. O eligen no hacerlo. Una infancia en aislamiento, en riesgo de exclusión social por falta de tiempo de sus cuidadores, por falta de red de relaciones sociales, por falta de recursos económicos.

Estas trampas de la escasez nos señalan la existencia de este colectivo silencioso de niñas, niños y adolescentes, de puertas adentro, que paga día a día una deuda social para que España se afirme en la senda de la recuperación económica.

Educo presentó la semana pasada el informe Nativos de la crisis: los niños de la llave, que recoge datos nuevos y relevantes sobre la situación de los niños y niñas que viven en hogares de trabajadores pobres. Según este estudio, el 77% de los hogares de trabajadores pobres con hijos no recibe ninguna ayuda o subvención; es decir, 8 de cada 10.

La directora de Educación y Acción Social de la oenegé, Clarisa Giamello, explicó que «estos hogares superan los baremos y condiciones para recibir ayudas o subvenciones, que se focalizan en familias sin ingresos. Los recursos son limitados, la inversión del Estado se ha ido reduciendo a lo largo de estos años de crisis y siempre habrá una familia más necesitada de ese dinero».

Muchos de los menores que viven en hogares de trabajadores pobres son lo que se conoce como niños de la llave. Se trata de menores que tienen la llave para ir a casa después de la escuela, ya que sus padres no pueden ir a recogerlos ni estar con ellos por las tardes porque están trabajando y no tienen recursos económicos para apuntarlos a actividades extraescolares o buscar un cuidador.

Educo advierte de que la situación empeora en los meses de verano, cuando cierran las escuelas. La oenegé calcula que en España hay 580.000 niños de la llave de entre 6 y 13 años que se quedan solos toda la tarde durante las vacaciones escolares de verano.

Hace casi una década, justo antes de la crisis, los niños de la llave eran 350.000, según la Encuesta de infancia de España 2008, de la Universidad de Comillas. Pero estos pequeños habían quedado invisibilizados por las encuentas hasta ahora, que la oenegé Educo ha decidido dedicarles el referido informe. «Medimos muchas cosas, todo lo que podemos, pero datos sobre estas vidas, no. El tiempo que niñas y niños de la llave pasan solos después de la escuela o en verano no engrosará las sombrías estadísticas sociales que muestran los efectos de la precariedad», lamentan los responsables de este estudio.

Otro dato relevante que recoge el informe es que el 58% de los hogares de trabajadores pobres con hijos de entre 3 y 16 años, a pesar de tener unos ingresos económicos, no pueden irse de vacaciones ni una semana al año. Según Clarisa Giamello, «no se van de vacaciones en familia, pero los padres tampoco pueden pagar unos campamentos de verano a sus hijos, donde estos niños estarían jugando con otros, contando con personas adultas para su cuidado. Además, se les aseguraría al menos una comida al día completa y sana». De hecho, el 61% de los niños de hogares de trabajadores pobres no pueden siquiera ir de campamentos.