Los resultados alcanzados por las oenegés en España en materia de igualdad han contribuido, en gran medida, a reforzar su posicionamiento como cantera de talento femenino para otros sectores con menor número de mujeres en puestos de responsabilidad. En la actualidad, el promedio de mujeres en patronatos o juntas directivas en las entidades sociales es del 41%, una cifra que duplica a la cuota femenina en otros ámbitos que, lejos de aumentar hacia la igualdad de género, parece que se estancan.

En esa otra cara de la moneda se sitúan el mundo de la educación o la ciencia. Solo el 21% de las mujeres llegan a ocupar los cargos de dirección y cátedras de las universidades públicas, cuando, paradójicamente, son ellas las que logran el 60% de los títulos universitarios. Lo mismo sucede en las empresas cotizadas del Ibex 35, donde apenas el 20% de los consejeros son mujeres.

Uno de los argumentos para defender el lento ritmo de la incorporación femenina a los consejos de administración es que no hay suficientes mujeres que cumplan los requisitos necesarios. Sin embargo, gestionar una oenegé (fundación o asociación) puede ser tan complejo como una empresa, puesto que los retos a los que se enfrentan cada día directivos de ambos ámbitos son muy similares: la gestión y motivación de equipos, el trabajo en entornos multiculturales, la generación de ingresos, la gestión de elevados presupuestos o la optimización de procesos para lograr una mayor eficiencia, entre otros muchos. Del desempeño de estos cargos de responsabilidad dependerá que las oenegés cumplan con su misión y atiendan a sus beneficiaros en las mejores condiciones y con los más altos estándares de calidad.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, la Fundación Lealtad quiso hacer una radiografía completa del papel que desempeña la mujer en la gestión directa de las más de 165 oenegés acreditadas por cumplir 9 principios de transparencia y buenas prácticas, 26 con presencia en Aragón. Para ello, se ha analizado la composición de sus órganos de gobierno y los resultados son concluyentes: en 1 de cada 2, la presencia femenina en el órgano de gobierno supera el 40%. Además, ellas son mayoría en las juntas directivas o patronatos en el 39% de las entidades. En el 58% de las oenegés acreditadas, el puesto de presidente y/o director lo ocupa una mujer. Asimismo, las entidades más pequeñas son las que tienen un mayor porcentaje de mujeres en su órgano de gobierno (53%). Son organizaciones que gestionan menos de 300.000 euros y se sitúan entre las que han sufrido en menor medida los efectos de la crisis económica.

Parece que el esfuerzo por romper el denominado techo de cristal tiene a un gran aliado en las oenegés, que cuentan con equipos diversos y multidisciplinares en todos los niveles de las organizaciones. Sin duda, las entidades sociales, impulsoras de la incorporación de la mujer a puestos de responsabilidad, tienen mucho que aportar en esta materia como ejemplo a seguir para otros sectores.