El Tribunal Supremo archivó ayer las querellas presentadas contra el presidente de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, por la entrevista que mantuvo con miembros de la banda terrorista ETA en enero en la localidad francesa de Perpiñán. La Sala Segunda del Supremo considera que el encuentro no constituye delito de colaboración con banda armada ni encubrimiento, como defendían los cuatro denunciantes: la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Manos Limpias, el sindicato España 2000 y un particular.

La resolución, que cuenta con el apoyo del fiscal, destaca que el Código Penal no sanciona la "adhesión ideológica ni la prosecución de determinados objetivos políticos o ideológicos" en el delito de colaboración con banda armada. En cuanto al presunto encubrimiento, apunta que "no se descubre ningún acto de ayuda a personas para eludir la investigación de la autoridad o sus agentes" en la entrevista del republicano con los dirigentes etarras.

La reunión de Carod con los etarras se produjo durante el fin de semana del 3 y 4 de enero, cuando el republicano, entonces consejero jefe del Gobierno catalán, ejercía como presidente de la Generalitat en funciones en ausencia de Pasqual Maragall, que se encontraba en el extranjero. El asunto se zanjó con la salida de Carod del Ejecutivo.