"América llora la muerte de un gran ciudadano, un hombre que sirvió a su país". George W. Bush ni siquiera recordó ayer, cuando se supo que Bob Hope falleció el domingo a los 100 años a causa de una neumonía en su casa de Toluca Lake (California), que el cómico y ganador de cinco oscars honoríficos, una influencia reconocida por cineastas como Woody Allen y protagonista de más de cinco decenas de películas, había sido actor.

El presidente de Estados Unidos, como todo el país, lloraba la muerte de un hombre que trascendió su faceta interpretativa para convertirse en ciudadano modélico, un amigo y compañero de golf de sus presidentes, de monarcas y de mandatarios mundiales y un profesional del humor que dedicó gran parte de sus esfuerzos a entretener a las tropas de EEUU. No por nada fue el primer hombre declarado por el Congreso, en 1997, "veterano honorario".

UN MITO CENTENARIO

Las imágenes de Hope provocando las carcajadas entre los soldados en la segunda guerra mundial, la de Corea, la de Vietnam --que apoyó sin reservas, convirtiéndose en la imagen del conservadurismo-- y la primera del Golfo Pérsico inundaron por segunda vez en dos meses las pantallas de EEUU. El 29 de mayo lo habían hecho para celebrar que Leslie Townes Hope, nacido en 1903 y emigrado con sus padres y seis hermanos a Cleveland en 1907, alcanzaba un siglo de vida.

Ayer, volvieron para llorar su muerte y utilizar una de sus canciones más emblemáticas para despedirle: Thanks for the memories (Gracias por los recuerdos ), una pieza que interpretó en 1938 junto a Shirley Ross en su debut en la pantalla grande, The big broadcast of 1938 .

Hope empezó haciendo imitaciones de Charles Chaplin a los 6 años. Tras probar suerte en el boxeo, preparó un número de baile con su novia de la adolescencia e inició sus contactos con el vodevil. Llegó poco después el teatro, donde conoció a Dolores Reade, una cantante con la que se casó, con la que adoptó cuatro hijos y con la que ha permanecido 69 años hasta su muerte.

Pese a sus reticencias iniciales, en 1932 probó por primera vez la radio, donde su velocidad ante el micrófono le ganó el apelativo de Rapid Bob . Después llegó el cine, las películas junto a Bing Crosby y Dorothy Lamour (Ruta de Singapur, Ruta de Marruecos, Camino de Río ...) y decenas de otros títulos (Mi rubia favorita, Faldas de acero ...) Hope, que entre 1941 y 1953 figuró en las listas de las diez personas más ricas de Hollywood, amasó una fortuna que se llegó a estimar en 750 millones de dólares, aunque él siempre dijo que las cifras que se le atribuían eran exageradas.

Hope dominaba los monólogos humorísticos y, con sus gags y su humor blanco, agudo y muchas veces superficial, triunfó en todos los medios. Donde más disfrutó fue actuando frente a los soldados y siempre buscó a su público en directo. "Los peces no aplauden", dijo hace unos años, cuando acortó sus vacaciones por el exceso de tranquilidad.