El cuerpo de rabinos del Ejército de Israel empezó ayer a exhumar los cadáveres de 59 libaneses enterrados en un cementerio en el norte del país que forman parte del acuerdo de intercambio de prisioneros entre Israel y la guerrilla libanesa Hizbulá. El canje, que se llevará a cabo el jueves, prevé que Israel libere a 435 personas --400 palestinos, 23 libaneses y 12 de otras nacionalidades-- y devuelva los cuerpos de 59 libaneses abatidos en enfrentamientos con el Ejército, a cambio de la liberación del empresario Elhanan Tennenbaum y de la entrega de los cadáveres de tres soldados: Benny Avraham, Adi Avitan y Omar Suwad.

Además, el acuerdo prevé que Israel entregará información sobre 24 libaneses desaparecidos desde 1982 y mapas de las minas que enterró en territorio libanés. Según fuentes israelís, los 400 palestinos excarcelados no tienen delitos de sangre. Además, Israel se comprometió a que no fueran criminales comunes y a que serán liberados en los territorios y no deportados a otros lugares.

El acuerdo ha creado inquietud en amplias capas de la sociedad, ya que se considera una victoria en toda regla de Hizbulá. Una encuesta del diario Maariv señalaba ayer que un 44% de la población está a favor y otro 44% en contra. Desde todas las instituciones se transmite el mensaje de que el pacto es doloroso pero imprescindible para demostrar que Israel no abandona a sus militares ni a sus ciudadanos.