La batalla de Faluya ha comenzado. El primer ministro iraquí, Iyad Alaui, dio ayer la orden de asalto a la ciudad rebelde. Aviones, helicópteros artillados, carros de combate y unidades del Ejército estadounidense e iraquí se lanzaron a la conquista de la ciudad rebelde de Faluya, en la que se estima que más de 3.000 insurgentes permanecen atrincherados. Los primeros combates se libraron en los barrios de la periferia de la ciudad, aunque a medida que avanzó la jornada, se escucharon tiroteos en zonas más céntricas.

"Estamos decididos a limpiar Faluya de terroristas", dijo ayer Alaui, quien visitó a sus tropas desplegadas en el feudo de la resistencia suní. "La operación va a llevar tiempo", advirtió desde Washington el secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld, que rechazó calificar la acción de "batalla final" contra la insurrección, informa Mercedes Hervás.

El ataque masivo terrestre se lanzó a primera hora de la tarde, tras intensos bombardeos de la aviación y de la artillería sobre la ciudad. Carros de combates y miles de soldados avanzaron hacia el interior del casco urbano, cercado desde hace semanas. El principal objetivo de la fuerza multinacional es hacerse cuanto antes con el control de los barrios de Jolan y Askari, ya que se cree que es allí donde se concentra el mayor número de rebeldes.

FURIA FANTASMA Una fuente estadounidense aseguró que los marines habían tomado la estación de ferrocarril. En el asalto participaron casi 15.000 hombres, entre marines y efectivos del Ejército y de la Guardia Nacional Iraquí. Para el alto mando estadounidense, la operación militar en Faluya, bautizada por los norteamericanos como Furia Fantasma y por los iraquís como operación Amanecer, puede ser el mayor ataque norteamericano terrestre a una ciudad desde la guerra de Vietnam.

En una primera incursión, acometida en la madrugada de lunes, soldados estadounidenses ocuparon el principal hospital de la ciudad y dos puentes de valor estratégico sobre el río Eúfrates. Según dijo Alaui, el hospital estaba bajo control de los rebeldes. La toma del centro hospitalario responde al deseo de la fuerza multinacional de controlar la información del número de víctimas durante la ofensiva.

ACUSACIONES DE EEUU El Ejército de EEUU lleva tiempo acusando a los médicos de Faluya de exagerar el número de civiles muertos. Ayer, fuentes hospitalarias de Faluya dijeron que 15 personas murieron y otras 20 resultaron heridas en los ataques de la madrugada del lunes. Portavoces militares de EEUU dijeron que dos de sus soldados murieron en las primeras horas.

Las condenas al asalto a Faluya no se hicieron esperar. Tras calificar el ataque de "ilegal" y de "acción contra civiles y gente inocente", un portavoz del Consejo de Ulemas sunís dijo que la operación "tendrá graves consecuencias en la situación de Irak". Los clérigos de Faluya arremetieron contra los soldados iraquís que participan en la ofensiva: "Juramos por Alá que os combatiremos, entraremos en vuestras casas y os sacrificaremos como corderos".

CONDENA DE SADR Los radicales shiís del clérigo Moktada al Sadr también se manifestaron en contra. Un periodista incrustado en las fuerzas de EEUU dijo que en los últimos días se han producido muchas deserciones de soldados iraquís.

Paralelamente al asalto a la ciudad, el primer ministro Alaui, amparándose en el estado de excepción decretado el domingo, impuso el toque de queda en Faluya y la vecina Ramadi a partir de las 18.00 horas. También ordenó el cierre de los puestos fronterizos de Jordania y Siria, por donde sólo podrán pasar suministros de primera necesidad y del aeropuerto de Bagdad.