Es la fiesta por antonomasia en los Estados Unidos, pero en la Comarca Comunidad de Calatayud --al menos en algunos pueblos-- hace también muchos años que los jóvenes salen a la calle la noche de la víspera de Todos los Santos para asustar a los vecinos y recoger caramelos.

Este año la fiesta estuvo pasada por agua, por lo que los niños y niñas tuvieron que llevar, además de sus disfraces, un paragüas. En Calatayud, la fiesta comenzó al caer la noche, y muchos jóvenes no quisieron perderse esta cita con el miedo y los caramelos. Tampoco en otros municipios.

Esta es una tradicción que también se sigue en otros pueblos de la comarca, como en el caso de Moros, donde los mayores recuerdan que ellos ya salían a la calle de pequeños en esta fecha. Allí, los más pequeños recorren todo el municipio llamando a las puertas y asustando a los vecinos. Si bien, en esta ocasión la fiesta se estropeó por el agua. En otros municipios, sin embargo, nunca se ha celebrado.

R. C.