Querido amigo Octavio,

Nos conocemos de toda la vida con una pequeña diferencia de edad, que eso aquí nunca fue problema pues todos nos juntábamos con todos. Un pueblo pequeño con las peñas, sus fiestas y las de alrededor … siempre en cuadrilla.

Tú enseguida conociste a María y empezásteis a salir; pero eso no impedía que siguiéramos saliendo juntos. Días de juventud, discusiones, juergas… pero siempre solucionábamos las diferencias porque desde siempre la amistad y nuestro pueblo lo hemos llevado por encima de todo.

Pasada la juventud ya pensábamos en entrar en comisiones de fiestas, hacer un equipo de fútbol en el pueblo, recuperar fiestas que se perdían poco a poco, formar asociaciones, excursiones a la montaña... ¡Cuánto nos gustaba la montaña! A tí ya te gustaba el mundo del ayuntamiento, entrar como concejal; a mí eso no me interesaba mucho pero siempre en comisiones, directivas…

Fueron pasando los años. Te casaste, tuviste dos hijos... siempre luchando por sacar a tu familia adelante y siempre mirando por tu pueblo.

Llegó el día en que me propusiste ir en la candidatura contigo, a mí me pillaba un poco mayor, pero acepté por una candidatura y ganamos. Ganamos las elecciones y empezamos a trabajar por nuestro pueblo, que es una de las tantas cosas que nos unía. Cuando se acaba la legislatura me propones continuar, y ya conocedor de tu enfermedad te dije que sí, contigo hasta el final.

Has luchado toda la vida pero estos últimos años más, sin que nadie nos preocupáramos de nada, dejando todo atado y bien atado. Estos últimos meses hemos estado más juntos que nunca, pero llegó el día fatal antes que antes.

Las cosas que has hecho han sido muchas, tantas como las que dejas preparadas. Yo ahora tengo que suplirte en el cargo de alcalde, pero nunca se puede suplir una persona como tú. Con ayuda de todos, llevaremos tus proyectos adelante. Sé que te tengo cerca.

Gracias por ser parte de mi vida.

Un amigo, Marcos *.

(*) Marcos Lahoz Amo, nuevo alcalde de Grisén.