Jorge Franco es zoitista hasta la médula. Lo ha demostrado con creces en la Liga Nacional de Clubs, competición en la que el equipo verde ascendió en su casa el sábado a la División de Honor. Franco, una de las figuras del club, está haciendo un doctorado en la ciudad de Bolina. El aragonés se tuvo que desplazar las tres jornadas de Liga desde Italia hasta Huesca. «Eran diez horas de ida y vuelta. Desde Bolonia hasta Madrid o Barcelona en avión y de aquí en tren a Huesca. Si compites mal como lo hice el pasado sábado es un fin de semana perfecto», afirma irónico el lanzador.

Pero le puede el amor a los colores. «Ha sido un esfuerzo bastante grande. Pero era consciente de que lo tenía que hacer por el equipo. No podía faltar nadie y ha sido un sacrificio muy grande cuando no me ha ido bien en las competiciones, como pasó en la primera y la tercera. Pero al ser por clubs he cumplido y estoy satisfecho de mis viajes», indica.

El pasado sábado fue histórico para la entidad oscense. «El secreto es que hay mucha gente que mejora y los veteranos no pierden fuelle con los años. Además hay un espíritu de equipo muy fuerte y los que se incorporan se sienten muy queridos y acompañados cada vez que compiten».

Franco es un producto genuino de la cantera de la Zoiti. «Al principio practiqué triple y longitud y fue Dani Durán el que me dijo que probara la jabalina siendo cadete. Y se me dio especialmente bien», explica Franco.

Desde los 18 a los 22 años tuvo un parón y regresó al atletismo hace tres. Desde entonces su mejora ha sido constante. Este invierno ha hecho su mejor lanzamiento. «En marzo hice 70,74. El récord de Aragón de Guillermo Aragüés está lejos con 74,90, pero no tanto», indica, el zoitista que es un atleta ambicioso. «He conseguido por primera vez la mínima para un Nacional absoluto. Mi objetivo allí es claro. Sacar una medalla», afirma.

Franco explica que su principal virtud es que «tengo el gesto de lanzar desde el nacimiento. Desde mis inicios ya lanzaba lejos y soy bastante rápido gestualmente». Por contra, reconoce que «el sábado no supe reproducir el lanzamiento de mi calentamiento en Huesca. Tengo que mantener la calma en algunos momentos y tengo que mejorar técnicamente», indica.

Vive en Bolonia, uno de sus países preferidos con España. «Me entrena Juan Vicente Escolano desde Gandía. Pero hace medio año que no le veo y en Italia me entreno solo. Estoy un poco perdido en Bolonia. Es más importante el entrenador que el atleta en una prueba como la jabalina».