La designación de Zaragoza como sede de la Exposición Internacional del 2008 deberá tener connotaciones más amplias que la celebración misma del evento y que están aún por determinar. En esa línea, resultó interesante escuchar ayer al alcalde Belloch cuando aseguró que va a trabajar para que Zaragoza se convierta en una referencia mundial en la investigación y el desarrollo aplicado al agua. El certamen internacional dura sólo 90 días, y la obligación de la sociedad aragonesa y del conjunto del Estado es aprovechar el impulso para el futuro. El agua, como tema central de la Expo, debe ser ahora la marca y motor de la ciudad, y quienes tutelen el proceso de aquí al 2008 han de ser sensibles a todos los planteamientos que enriquezcan esta opción. Los beneficios del acontecimiento, amén de objetivos turísticos, dependen en buena medida del acierto para exprimir a tope las posibilidades de convertir a Zaragoza en capital mundial del agua.