Aver qué hacemos ahora con ese azud destinado a laminar el Ebro a su paso por Zaragoza. Tal ocurrencia dosmilochera de los entonces jefes tiene sumido al vecindario en la perplejidad, encabrona a diferentes colectivos, incita al oportunismo político (municipal) y al final nos fastidia a todos, empezando por los sobrecostes a nuestra costa y acabando con los mordiscos de la mosca negra.

Una cosa sí tengo muy clara: las intervenciones asociadas a la Expo y la Expo misma fueron llevadas a cabo con una presunta buena voluntad pero con poco criterio, escasa profesionalidad y un fabuloso despilfarro. El Ebro, que debía ser la pieza a recuperar para la sostenibilidad y el buen rollito, acabó acribillado por los pabellones-puente, pasarelas, puertecitos, barcos turísticos, playas artificiales y el azud de marras. El resultado ha sido un cauce más descompuesto que nunca, repleto de gravas movedizas, sujeto a dragados sin sentido, eutrofizado, con sus bosques de algas convertidos en criaderos de insectos chupasangres. De esta forma muchas de las apuestas iniciales han resultado imposibles, y ahora el azud (del que se desmontó en su día Endesa, tal vez porque se olió la tostada) es objeto de debate entre los ecologistas, quienes lo desmontarían porque su acción laminadora es contraproducente, y los piragüistas, que quieren tener la lámina para entrenarse en ella. A lo que se ve el Ebro necesita una nueva intervención porque sus riberas no quedaron mal, pero el río propiamente dicho... en fin.

El azud y otras virguerías no dejan de ser perfectos ejemplos del sublime despiste que nos gastamos en esta Noble Tierra los políticos, sus asesores y buena parte de la sociedad civil, siempre dispuesta a comprar cualquier oferta estrafalaria, costosa y contranatura. Demasiadas cosas se hacen sin saber muy bien cuál será su resultado último. O prometiéndonos unos a otros milagros y maravillas que luego, claro, no son tales. Fíjense que en el azud debía ir una minicentral eléctrica. Ni estuvo ni está ni se la espera. Eso sí: cada mosquito tigre nos sale por un pico.