Por si no fueran pocos los problemas de comunicaciones que tiene los pueblos de la Ribera Baja del Ebro desde que el suelo empezó a ceder en la carretera de Quinto a Gelsa, acaban de aparecer nuevos problemas que afectan directamente a los alcaldes. Estos últimos son por falta de comunicación, por una invitación a reunirse con los técnicos y expertos de la DGA que no se trasladó al único edil que no es del PSOE y que, curiosamente, es alcalde del pueblo en el que está el puente: Quinto de Ebro. Sería triste que mientras las grietas del suelo parece que se estabilizan sean los propios alcaldes los que provocan otros crujidos igual de graves.